Vagueando... [Nizeyo]

Entré en la enfermería y me dirigí hacia el escriptorio sin fijarme en las camas. Dejé la bata y abrí la ventana... Hacia muchisima calor, demasiada como para aguantarla sin nada de aire. Me apoyé en la ventana, observando la parte de patio que se podía ver desde ahí, que coincidia con la parte que tenía más flores. Tras eso miré como estaban mis orquideas. Fui a cerrar la puerta, pues quería tener unos instantes de tranquilidad, y antes de llegar ahí me fijé en que una de las camas estaba ocupada... Suspiré poniendome una mano en la frente, tapandome la parte derecha de la cara. Me acerqué a la cama ocupa y le hice cosquillas en los pies.

- ¿Nizeyo-san, no creé que ya es mayorcita como para estar aquí vagueando? - dije con tono burlon y un poco regañandola.

Abrí los ojos lentamente, con una cara de sueño y de cansancio que se veían de tres metros lejos. Al sentir las cosquillas me situé, mas o menos, en el sitio donde me habia ido a dormir. Vi a Ayleen y me giré de espaldas a ella, moviendome de tal manera que la camiseta se me subió hasta medio vientre.
Aun sin levantarme de la cama respondí casi susurrando lo que decia, el sueño se habia pegado hasta en mis palabras.

- No vageo... estaba durmiendo.... Ayleen-chan me despertó... -bostezando-

Me senté en el borde de la cama y me dejé caer tumbada en forma diagonal, de forma que mis pies quedaban casi al lado izquierdo de los suyos, pero su espalda notó todo el peso de mis pechos encima. Le mordisqueé suavemente la oreja derecha.

- Claro, y dormir cuando deberías estar enseñando no es hacer el vago... - seguia con mi tono burlón.

- No... no lo es...

Abrí los ojos soñolientos de nuevo, sintiendo un leve escalofrío por la mordida de la doctora. Sonaría pervertida pero me encantaria estar en esa pose... los pechos de Ayleen-chan son tan suaves...
Cambié de postura, girándome a verla. Pasé mi brazo derecho por detrás de sus hombros y la casi-arrastré hasta quedar tumbada a mi lado. La abracé y volví a cerrar los ojos.

- Ayleen-chan... dormirá conmigo~ -poniendo mi rostro casi entre sus pechos-

Negué con la cabeza e intenté librarme de ella mientras me arrastraba, más sabía que su fuerza y resistencia era mayor, así que me limité a dejar que me arrastrara con cara de enfadada. Cuando puso su cara casi entre mis pechos me pareció casi como una niña... eso si, como una niña pervertida...

- Yo no tengo sueño, y no pienso ser tu peluche. - dije girandome de espaldas a ell.

- Vengaaa~

Dije cambiando las posiciones y ahora siendo yo la que estaba encima. Pero a cuatro patas, mirandola sonriente casi con cara felina. Imité sus acciones anteriores y le mordisqueé suavemente la oreja derecha. Pero eso no acabó allí, mientras la mordía puse mi dedo indice derecho sobre sus lindos labios y me senté en sus caderas.

- Porfiii~

Negúe insistivamente mientras se cambiaba de posicion, mas al tenerla encima me quedé parada. Cuando me mordisqueó, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, e hizo que temblara un instante. Le mordí el dedo como si fuera un perro, para que me dejara girar al menos... No quería que se viera el claro sonrojo que destacaba en mi piel pálida.

- Dije que no. - intenté mantener la voz seria.

Sonreí al notar el leve temblor de la doctora. La mordedura no me dolió, estaba más concentrada en querer ver las reacciones de la mujer. Al sacar el dedo de su boca, con un poco de esfuerzo, noté como estaba húmedo. Este lo pasé muy lenta y sensualmente por su mentón, bajando por su cuello y pasandolo entre el escote que provocaban tanto sus pechos como la camiseta que llevaba.
Mi otra mano bajó por su espalda, parandose milimetros antes de llegar a ese lindo trasero.

- Pues... juguemos un rato~

Mi lengua empezó a jugar con su oido de una manera muy provocativa.

Me volvió a recorrer un escalofrio y decidida a que no volviera a pasar, y a que no viera más mi cara, le di un empujón y me giré, quedando de espaldas al aire. Puse mis brazos bajo mi cabeza y me tapé la cara.

- No quiero...

No me gustaba nada cuando Nizeyo se ponía tan cariñosa... Era capaz de hacerme hacer cosas que no haría ante cualquier otro.

Me quedé un momento sin saber que hacer. Quizás la habia asustado o ella no uqeria lo mismo que yo, que era lo más probable. En esas situaciones de disculpa nunca sabia como reaccionar. Me senté en la cama y abracé a la doctora por detrás, rodeando sus caderas y apoyando mi cabeza en su espalda.

- Lo siento... mi naturalidad aristocrática a veces me hace hacer cosas extrañas...

Eso era cierto, todos los miembros de mi familia, alguna vez, tuvieron problemas por querer hacerle cosas raras a las otras personas, aunque yo estuve luchando contra eso muchos años y ahora era yo la que lo estaba haciendo. Era despreciable en ese sentido.
Aun asi no pude controlarme del todo, las puntas de mis dedos se colaron por debajo de la camiseta de Ayleen-chan, aunque pude pararlo a medio "camino".

No dije nada, pero tampoco la paré... En parte, ya estaba acostumbrada a tales cosas, pero por otro lado, no me molestaba que ella me tocara... Era un tacto suave y lindo... A pesar de que se dejara llevar por sus impulsos y segun ella por su sangre, sabia que no me quería ningun mal. Al notar sus manos frias en mi espalda, me estremecí un poco.

- Hm...

Empecé a masajearle la espalda, notando la fina piel que Ayleen-chan poseia, sonrei para mis adentros y me levanté, sacando mis manos de entre sus ropas. Las puse en sus caderas y fui subiendo por su vientre mientras le desabrochaba la camiseta, reposando mi mentón en su hombro y respirando lentamente en su cuello.

- Puedo...?

Es lo unico que salió de mis labios.

Me limité a asentir, sin abrir la boca y cerrando los ojos... Sabía que si abria la boca, se me iban a escapar algun que otro sonido de debilidad, y al abrir los ojos se me vería en la cara queestaba completamente conforme con lo que me quería hacer. Me giré lentamente para quedar de cara a ella.

Empecé a besarle el cuello, bajando lentamente por su clavícula hasta los pechos, aun cubiertos por una fina camiseta y el sujetador. Estos en poco tiempo fueron quitados.
Volví a cambiar las posiciones y tumbé a la mujer, poniendome encima de ella de nuevo. Sonreí felinamente y empecé a jugar con los pechos de esta.

- Ayleen-chan es tan suave~

Me limité a ladear un poco la cabeza y morderme el labio... Me estremecí cuando comenzó a jugar con mis pechos... Odiaba ser tan completamente sensible... y tambien odiaba que me gustaran tanto los gatos...

- Nizeyo-chan...

Me tapé los ojos con el brazo y ahogué un leve gemido.

No pude evitar la tentación de pobar esos labios tan seductores, asi que, mientras le masajeaba mas fogosamente sus pechos me lanzé a besar esos labios que tanto habia deseado probar. El beso fue, a medida que pasaban los segundos, más pasional.
Mi pierna derecha se coló entre las suyas y mi rodilla empezó a moverse sensualmente por encima de su ropa que daba a la entrepierna.
Una sonrisa felina llena de felicidad se escapó de mis labios mientras que dejaba de besar su boca para besar el pezón izquierdo y la mano que estaba alli empezó a bajar hasta desabrocharle la parte inferior de la ropa.

- Soy muy feliz. Ayleen-chan me dijo por el -chan~

Me dejé guiar y seducir por su beso tan intenso, sonrojandome más ante sus tocamientos, pero cuando me puso una pierna entre las mias y comenzó a desabrocharme la parte inferior, reaccioné... Esto... no estaba del todo bien... Tenía ganas de que pasara, y me había excitado realmente demasiado... pero no podíamos. La miré tan decidida como pude y me intenté poner seria.

- Nizeyo-san... Esto no... - reprimí un pequeño gemido que me provocó su contacto - No deberíamos... No esta bien...

Ladeé la cabeza para no observarla... Me dolia pararla, pero no podíamos seguir... Había muchisimos peligros en hacerlo en la enfermeria... Cualquier chica podía entrar y vernos...

Salí de encima de ella de un salto, como si esas palabras no me hubieran afectado en absoluto, auqnue tampoco queria decir la verdad.
Me acerqué a la puerta, cerré con pestillo y salí, comprobando des de fuera que no se podia abrir la puerta. Bajé las escaleras de dos en dos y sin que nadie me viera empecé a subir a un árol muy alto que habia al lado de la enfermeria como un gato. Saltando des de allí hasta la ventana, quedandome en la poca repisa que habia. Llamé a la ventana, esperando que la doctora me abriera.

- Nyaa~ Ayleen-sexy-chan, ábreme~

Me vestí de nuevo, aprobechando que ella se había ido. Rehice la cama que había revolvido, y abrí la puerta que había cerrado. Me senté suspirando en la silla del escriptorio y observé la orquídea blanca que tenía encima la mesa.

- Que tranqui...

Mi frase quedó cortada por unos gritos provinientes de la ventana del lado. Alcé la ceja en un tic de nervios... ¿Ayleen-sexy-chan? ¿Y si la oia alguien? Me acerqué a la ventana y la abrí.

- La enfermeria esta cerrada a pervertidas.

Volví a cerrar la ventana y me puse de espaldas a ella, con el tic de la ceja aún.

Procesé durante un rato esa frase con esa divertida cara que puso. Si no me concentraba en sostenerme en la poca repisa que habia, ya me habria caido de tanto reir por mi interior.
Cuando me calmé un poco, intenté pensar en como podria entrar...
"Veamos" pensé. "Como podria hacerlo?"

Despues de pensar un rato largo y al ver que la mujer seguia en su posicion nerviosa, sonreí para mi y rezé a dios que mi cerebro no se estropeara. Tiré la cabeza hacia atrás y golpeé con toda mi frente la ventana, rompiendo el cristal en mil trozos.

- Bien, pude entrar! -saltando dentro de la habitación. Notando como de mi frente empezaba a caer sangre rostro abajo- Aunque creo que... me pasé... un... poco... -me sentí mareada y me fui tambaleando, terminando la frase con las palabras muy sueltas, notando como mi vista y mis piernas fallaban y que iba cayendo al suelo lentamente.

Me quedé unos instantes parada, viendo como cientos de pequeños cristales pasaban a mi alrededor, y el cuerpo de Nizeyo llegaba a mi lado. La miré como quien mira una loca y al ver que sangraba y se comenzaba a desplomar, la cogí intentando no caer. Se desmayó y la arrastré literalmente hasta una cama. La puse ahí como pude y le comenzé a quitar los cristales que tenía clavados en la frente.

- Eres una idiota... - sonreí al pensar que estaba así por mi...

Le besé la frente al tiempo que le ponia un parche en la herida de ahí, y poco a poco le curaba las que tenía en los brazos.

El tiempo en que todo lo veia negro fue pasando muy poco a poco, oia la voz de Ayleen-sexy-chan de fondo, insultándome constantemente con la palabra "idiota". Lentamente fui abriendo los ojos, luego los cerré y los volví a abrir, sentándome de golpe en la cama y poniendome una mano dónde tenia el parche y viendo que los brazos los llevaba vendados.

- Waw, como ha molado! -sorniendo felinamente-

Vi a la doctora a mi lado, sonrei y la abracé casi al instante, sonriendo como una niña pequeña con su peluche favorito.

- Ayleen-sexy-chan me curó! -mirándola un poco socarronamente- Te quie-ro~ -casi cantando las silabas mientras le volví a sonreir-

La miré con cara de enojada... La sonrisa se había terminado hacia rato. Le golpeé la cabeza instintivamente cuando me dijo por el nuevo mote y me aparté al instante.

- ¡Eres una idiota! ¿Y si la ventana no se hubiera roto y te hubieras caido? Yo no te hubiera recogido, tenlo por seguro.

Me aparté de ella y fui hacia la ventana que no estaba rota, apoyandome en el marco, poniendome de espaldas a ella. Suspiré, entre agradecida por tal acto de cariño, y enojada porque me había dado más trabajo.

Me quedé un momento en silencio, sonriendo para mi, sentada en la cama con las piernas cruzadas como un indio. Aprovechando que estaba de espaldas, cogi la llave que cerraba la puerta y la cerré, colgandome dicha llave en el colgante que llevaba con un cascabel colgado del cuello. Ahora si que no podia entrar nadie.
En esa habitación en realidad hacia mucho calor, asi que me quité la camiseta y los pantalones, quedando con el sujetador y los boxers negros.

Me acerqué a la doctora y la abracé por detrás, lamiendole suavemente el lóbulo de su oido derecho, mientras que una de mis piernas se colaba entre las suyas, subiendole muy poco a poco la falda.

- Kawaii~ Ayleen-sexy-chan es tan kawaii~ -sonriendo felinamente de nuevo, respirando en su oido-

A pesar de que me estremí cuando me abrazó y lamió la oreja, me giré y le pegué en la cabeza un golpe directo del lado de mi mano, sin contención alguna, y le arrebaté el collar con un fuerte tirón. Me aparté de ella, haciendo muestras de que estaba molestando y me quedé apoyada en la puerta, de cara a ella.

- ¿Que es eso de Ayleen-sexy-chan? - dije con un tic en la ceja. - Responde, Ni-ze-yo-san - dije con cara serna, mas mi voz sonaba severa. Resalté las sílabas de su nombre, para que se diera cuenta que no estaba en cualidad de hacer chorradas.