El arte de la palabra (Milena y Alice)

Me encontraba calificando algunos de los exámenes que le había aplicado a los chicos de cuarto para distraerme de todas las dudas que últimamente rondaban por mi mente.

Había escuchado que varios alumnos nuevos habían entrado a la institución y que Enseo había demostrado especial interés en uno en especial...

Suspirando, devolví mis pensamientos a los exámenes. Primero debía tener eso listo antes de ir a buscar cualquier otra cosa.

De pronto, la puerta se abrió, revelando la figura de una chica muy bonita...

- ¿Quién eres tú? - le pregunté, frunciendo el ceño. Nunca antes la había visto en la institución...

Abrí la puerta del salón de golpe, en ese momento pensé que no había nadie dentro, pero al escuchar un voz de mujer, me percate de que había entrado de la peor forma posible al salón... Un rubor se asomo en mis mejillas, me sentía apenada...

-Alice Brandon... gomen, pensé que estaba vacío-
Le respondí con una voz suave y dulce, que se avecinaba cuando estaba apenada o triste, me acerque al mesón aun con el rubor en las mejillas...

¿Era mi imaginación o la chica estaba ruborizada?

Sin darme cuenta, mi expresión se ablandó.

- Está bien, Alice-kun, si sabes cuál fue tu error no tengo por qué recalcarlo de nuevo - aseguré, con un tono suave -. ¿Qué haces por aquí?

-Ya lo eh olvidado, pasaron tantas cosas por mi mente en cuanto venia para acá, que se me olvido por completo-
Musite sin más, con la voz más fría; suspire y metí mis manos a los bolsillos de mi chaqueta blanca, tenía un poco de frio, pero nada que me hiciera sentir incomoda.

- Perdón, una pregunta; ¿Cual es su nombre sensei?-
Vacile la pregunta

Fruncí el ceño al ver el cambio de actitud de la joven. ¿No hace un momento era dulce y tranquila?

- Sakurai Milena - respondí, retomando la misma actitud cortante de siempre -. Soy la profesora de Literatura del sector femenil.

-Encantada de conocerla Milena-sempai- Sonrei,- Mm. creo... que mañana le toca con el 2º grado, me temo que faltare-
vacile lo que le había dicho, quisas no le ubiese agradado la idea, pero devia decirselo...

Qué confianza, pensé al escuchar "sempai". En teoría nadie sabía que, antes de ser profesora, yo había sido una de las primeras alumnas en esta institución...

- ¿Y a qué se debe el motivo de tu falta? Recién nos conoceremos esta semana al ser tú una alumna nueva y no llegarás.