Palabras extraviadas [privado]

Atravesé los enormes estantes de libros sin desviar mis ojos del objetivo, iba con una única mete en mi cabeza y era solo eso lo que me movía.

Mis pasos, sigilosos como de costumbre, apenas si retumbaban en aquella sesión desierta de la biblioteca, llegué hasta el lugar predestinado y le ví allí, justo como lo habíamos planeado, allí sería donde nos encontraríamos para… charlar sobre los últimos acontecimientos ocurridos. Me acerqué a él constatando que aún no se daba cuenta de mi presencia, toqué su hombro desde atrás y noté como se sobresaltaba relajándose segundos después de reconocerme.

Mi respiración se acelera unos segundos al sentir la leve opresión que ejercen sus manos sobre mis hombros, la cual vuelve a la normalidad al darme cuenta de quien está a mi espalda, dudo unos minutos sin decidirme a mirarlo frente a frente sintiendo una pequeña pero notoria opresión en el pecho, me decido a darme la vuelta al notar algo de impaciencia por su parte eperando que sea él quien me dirija la palabra.

Le miré notándolo nervioso, retiré mi mano de su hombro, acariciándolo levemente, a penas rozándolo y me senté a su lado, mirándolo a los ojos, escrutándolo en silencio hasta decidirme a hablarle.

-¿Hablaste con él?-dije, asiendo alusión al pequeño niño pues desde la última vez que estuvimos juntos no habíamos vuelto a hablar sobre eso.

-si... mas o menos-me doy cuenta de su expresión confusa así que rectifico mi respuesta-me costó demasiado hacerle entender la situación, pero el que acabó comprendiéndolo incluso mejor que yo mismo fue él... supongo que es demasiado maduro para su edad-en todo este rato no le he mirado directamente a los ojos, supongo que se me hace demasiado dificil por ahora

-Era necesario-digo al presentir que pudiera sentirse culpable por algo, las cosas se habían dado muy rápido.

Me acerqué solo un poco, tomándolo del mentón con suavidad, acercando sus labios a los míos, besándolo de forma ligera, sin presionarle a seguir, instándole a que sea él mismo quien llevara el ritmo del beso o lo rompiera si no se sentía con las ganas de continuar.

Lo sé...-susurro entrecerrando levemente los ojos un tanto sorprendido aunque no rechazo el contacto, simplemente me dejo hacer acariciando suavemente su nuca con la intencion de profundizar pasando ambos brazos al rededor de su cuello como pudiera separarse de un momento a otro, y creo que eso es lo que más temo en este momento

Llevando un ritmo suave, con mis manos acaricio suavemente su cintura, complacido al notar la aceptación de mi gesto, profundizando a penas mi beso rozo su lengua con la mía, acercándolo a mi por la cintura, instándolo a levantarse un poco del sitio en donde estaba sentado y que se acerque aún más a mi.

Forcejeo algo nervioso aferrándome fuertemente a sus hombros, aunque no pareciese haber nadie en toda la sección puede que nos estemos confiando demasiado, pese a eso no rompo el beso profundizándolo cada vez más si cabe, dejando de ejercer presión en sus hombros para acriciar distraídamente su espalda, rodeando su cintura practicamente sin aire

Con suavidad separo nuestros labios, acariciando sus labios y delineándolos con mi pulgar, posando delicadamente mi boca en su cuello, sacando la lengua lamo con lentitud su piel, saboreando una vez más su sabor adictivo.

Le ayudo a sentarse sobre mis piernas, a horcajadas para darme mayor acceso a su cuerpo sin mayores problemas, llevo una de mis manos a su espalda, acariciándola mientras la otra halla lugar en su pecho, cerca de sus pezones, empezando a estimularlos. Creo que esta vez solo me dejaré llevar sin pensar en qué ni quién podría interrumpirnos.

Suspiro extasiado adoptando, involuntariamente, un papel extremadamente sumiso, lo miro sin ocultar mi nerviosismo aunque aparentemente soy el único al que le preocupa ser descubierto, termino concentrándome únicamente en él deshaciéndome de todo obstaculo que me impida llegar hasta su piel, esta vez mostrándome algo más agresivo y desesperado

Sonrío por su respuesta dejándome hacer por un momento, permitiendo que quite de mi pecho toda prenda que molestase y así mismo lo hago yo, con mucha menos prisa lo despojo de la camisa del uniforme que aún llevaba puesto, deslizando suavemente mis dedos por su pecho ahora desnudo, bajándolos hasta su vientre, sintiendo los suaves espasmos musculares que le invadían mientras mi nao seguí descendiendo al cierre de si pantalón, pasándolo por alto rozo las yemas de mis dedos por sobre el pantalón, sintiéndolo a penas incentivado para lo que deseaba.

Con ayuda de mi otra mas desabrocho el cierre, colando dos de mis dedos por entre sus boxers, acariciando la piel de su ingle con suaves roces, incentivándolo a que él mismo me pidiera que hacerle.

Me aferro a su espalda acariciándola con las uñas, dejándole unas cuantas marcas claramente intencionadas, dándome cuenta de que aun hay rastro de algunas anteriores, ese gesto sumado a la impaciencia me lleva a mover las caderas casi restregándome contra él, aun sin poder mencionar palabra más por nerviosismo que cualquier otra cosa, intentando comunicarme por la mirada

Suspiro suavemente al sentir sus uñas en mi espalda una vez más, incluso creo que las marcas anteriores aún no se me han borrado del todo y él ya me estaba dejando nuevas, acercándome a él le siento presionarse contra mi cuerpo, sonriendo por su impaciencia le ayudo a mover las caderas sobre mi, haciendo que rozase su cuerpo contra el mío, careciendo ahora con mis manos su trasero le hago aumentar la presión, logrando así su impaciencia y mi disfrute.

Me escondo en la curva que une su cuello y el hombro, gimiendo roncamente algo sorprendido por esa acción, intento nulamente de conservar la paciencia succionando cada porcción de piel que queda al descubierto, enterrando completamente las uñas en su espalda al mismo tiempo que lo pego más a mi en un acto que, aunque involuntario, no deja de ser posesivo

Lo separo de mi suavemente, haciéndole que se ponga de pie, llevando mis manos a sus pantalones y bajándolos hasta retirarlos de su cuerpo, me inclino, besando su estomago, acariciando con las yemas de mis dedos su ingle, y con mi otra mano su trasero, aún cubierto por los boxers.

Introduzco mi lengua en su ombligo, bajando un poco más, me ayudo con mis dientes a bajar igualmente su ropa interior dejando a mi vista su excitación, le miro a los ojos antesa de continuar, dando un suave mordisco en la punta.

Tiemblo violentamente haciendo fuerza sobre sus hombros con ambas manos sin llegar a presionarlos, inclino hacia atrás la cabeza incapaz de abrir los ojos mientras comienzo a mover las caderas sin ningun sintoma de tolerancia, intento mirarle fijamente sintiendo arder cada rincón de mi cuerpo al igual que el coagulo de sangre concentrada en mi entrepierna

Sonrío con cierto morbo al notar la reacción que causo en su cuerpo, lentamente, casi con pereza le engullo, deslizando mi lengua por su glande, ayudándome con una de mis manos, acaricio sus testículos y la otra la subo a su pecho, estimulándole los pezones una vez más, aumento un tanto el ritmo, y levanto la mirada, para fijarla en sus ojos, quería ver su expresión en ese momento.

Por un momento me siento observado, lo cual me lleva a abrir levemente los ojos asfixiado por el calor tanto ambiental como corporal, solamente atino a gemir con fuerza marcando su pecho como lo hice con su espalda minutos atrás, me inclino rozando suavemente las heridas de este subiendo lentamente por su cuello, reemplazando los gemidos por imperceptibles suspiros

Siento el ardor en mi pecho y noto como se separa levemente de mi y comienza a rozar sus labios contra la leves heridas que acababa de hacerme, sonrío y le dejo estar, aún acariciando su falo pero solo con la mano en verme imposibilitado a hacerlo como antes, le beso los labios y le permito descargarse un poco conmigo, me siento en el suelo y lo llevo conmigo sentándolo sobre mi, aún besándolo con suavidad, dándole espacio para que pudiera respirar, no quería sobre cargarlo demasiado.

Suspiro en sus labios sintiéndome más relajado que minutos atrás, acaricio sus hombros bajando por us brazos y, seguidamente, recorriendo por nueva cuenta su espalda, esta vez procurando emplear la mayor suavidad posible en mis caricias, ya lo había marcado suficiente por hoy

Me dejo hacer mientras lo afirmo por la cintura, sobre mi y lo fuerzo a moverse, tampoco quería que se relajara tanto como para que perdeira la erección, gruño con la voz ronca al sentir su trasero rozarse de forma casi obsena contra mi entrepierna despierta y lista para él, tomo una de sus pequeñas manos y la llevo hasta mi mienbro, mientras entrelazo nuestros dedos de la mano que aún nos queda libre.

Lo insto a acariciarme mientras beso y marco su cuello, no seré yo el único que salga con moretones de aquí.

Paseo delicadamente mis dedos índice y corazón alrededor del glande, acariciándolo de vez en cuando con las uñas sin buscar provocarle dolor y, al parecer, da buen resultado, sonrío notando la presión que ejercen sus labios en mi cuello, parece que esta vez no piensa darme tregua como hizo anteriormente

Entre abro los labios y muerdo su cuello sin poder ni querer reprimirme, le abro las piernas, acariciando sus muslos y coloco una mano sobre la que tiene en mi miembro, apretandola ligeramente, haceindole notar que no estaba para juegos, deseando que dejara de ganar tiempo y comenzara de una vez con lo que me interesaba.

Suelto su otra mano y la llevo hasta sus nalgas, rozando la yema de mis dedos anular y mayor contra su pequeña entrada, lamiendo al tiempo su clavícula y marcandola con suaves succiones mientras su mano sobre mi entrepienra acelera levemente sus movimientos.

Envuelvo completamente su empalme estimulándolo con movimientos circulares, sonriendo al captar la indirecta le lanzo una mirada un tanto felina al mismo tiempo que me muerdo incitantemente el labio inferior, sin a penas emplear fuerza como en veces anteriores, tengo suficiente con las marcas que él me está dejando.

Acerco levemente su mano libre a mis labios, pasando lentamente la punta de la lengua por sus dedos, sin dejar de mirarlo en ningun momento

Curvo ligeramente los labios reprimiendo un gruñido de placer, sus acciones, cada vez más desinhibidas me incitaban a alargar mucho más esto, desvié mi mirada de sus ojos fijándola en como su rosada lengua envolvía mis dedos de forma morbosa y excitante mientras una de sus manos se encargaba de estimularme de forma suave, un tanto diferente a lo que hemos hecho hasta ahora en esta y las anteriores ocasiones.

Me separo algo reticente de él para colocarlo de rodillas en el suelo, dándome la espalda, mis movimientos no han dejado de ser sinuosos y hasta sutiles hasta ahora y con esa mis sutileza entre abro sus nalgas, posando mis labios en una de ellas, besándola suavemente, para luego dirigirme a su pequeño orificio, ese que estaba deseando desde hace mucho, introduciendo mi lengua con lentitud, comenzando a dilatarle.