Solos en el bosque (Privado)

Nos adentramos en el bosque y agarraba su mano con fuerza con miedo a que me soltara y me quedara solo en el bosque, -cree que sea por aqui senpai?- pregunte mirandole con un poco de preocupación

Miré nuestro alrededor con duda, los árboles enmarcaban nuestro camino y el precario camino formado por pisadas que seguíamos se me hacía demasiado largo, pensé por un momento que, el hecho de que parecieran ser frecuentes los viajes al pueblo a hurtadillas, no necesariamente todos fueran al pueblo.

Sentí la leve presión en mi mano y desvié mi mirada hasta mi acompañante fijándome en sus facciones, detuve mi caminar lentamente y elevé la mano que le tenía cogida hasta mi cara, -si quieres podemos parar a descansar un poco-comenté mientras, lentamente, besaba uno de sus dedos, -¿tienes miedo?-pregunté seguidamente, sonriendo un poco ante la idea. Me acerqué a su cuerpo para envolver su cintura e instar a caminar hasta una roca cercana que nos podría servir de asiento, me senté y le insté a sentarse a mi lado, -aún no estamos perdidos-le dije, en un tono ligero y divertido, acariciando sus largos cabellos.

Spoiler:

sonrrojado y complacido por sus gestos se formó una enorme sonrisa en mis labios -es usted encantado senpai- le dije acercandome con cuidado para abrazzarle descaradamente... despues de algunos segundos sin decir nada me alejé como si nada y miré a mi alrededor

-Hacia mucho que no caminaba por un bosque... y estoy algo asustado... no se le vaya ocurrir abandonarme senpai- le mire sonriendo

-Está bien-dije halando suavemente su mano para que volviera a acercarse a mi cuerpo, -no creo que sea divertido abandonarte aquí-retomé y, aunque divertido ante la idea, no se me pasaba por la cabeza jugarle tan pesada broma, -¿sabes qué?-dije, de repente, -he escuchado en el bosque hay un lago encantado-reí bajito y me paré tomando su mano y retomando el caminar, esta vez torciendo un poco nuestra vía, no sabía con exactitud hacia donde quedaba pero había escuchado a unos chicos comentarlo y mas o menos me explicaron como llegar, así que no me quedaba más remedio que confiar, -¿tú crees que esté encantado?-pregunté a Raiku con diversión, mirándole de reojo, -quizás está embrujado, por aquí pasan cosas raras-comenté entonces con tono misterioso, entreabriendo los ojos escasamente intentando causarle miedo con tan infantil sugestión.

-¿Lago encantado?-repliqué de inmediato al escucharle decir cosas que probablemente eran mentiras pero que me encantaba indagar en ese tipo de cosas -Por supuesto que debe estar encantado senpai!!- dije con emoción mientras me colocaba enfrente de mi senpai con una sonrisa de oreja a oreja

-Se que es real! no... ¡Tiene que ser real!- dije retomando su mano y apresurando el paso, al que creia yo, el camino correcto hacia el "lago encantado" -Quizás una bruja o un hada cuida de ese lago!- dije emocionado, era mi sueño ver algo sobrenatural y al escuchar algo asi era por que el destino queria que fuese hacia ese lugar.

-Usted cree que en realidad este encantado?- detuve mi paso y le miré seriamente

-Pues la verdad es que no lo sé-comenté riendo por su entusiasmo, me encogí de hombros levemente y volví a mirar al frente fijándome en la vereda y en cómo el sol empezaba a declinar, -pero seguro nosotros podemos ir a averiguarlo, ¿no?-comenté sonriente y continué caminando.

Pasamos un buen rato en el trayecto, por mi parte iba apreciando la forma en la que la luz del sol cubría las hojas de un delicado color anaranjado cada vez más oscuro, todo era muy bonito y demasiado pacifico en comparación con la gran ciudad en la que me crié, en esta parte de la escuela todo parecía ser tranquilidad y relajación.

-Nee, Raiku, coméntame un poco de tu infancia, ¿cómo era?-pregunté interesado, caminando apaciblemente, pronto los árboles dejaron de rodearnos y ante nosotros empezó a extenderse una enorme superficie de agua, sonreí radiantemente, el lago estaba en su esplendor con el sol reflejado sobre lo que presumía era el centro. Tomé la mano de mi compañero nuevamente y le insté a caminar hasta la orilla, al llegar allí, me arrodillé observando mi reflejo en la superficie, -esto es precioso-

Miraba el hermoso paisaje que se encontraba frente mio, encantado o no era una imagen digna de ver -es verdad es precioso- me inclinè para hacer pequeñas ondas en la superficie

-mi infancia...- susurré sin voltear a ver a Syu-senpai -pues... recuerdo que mi madre solía contarnos historias sobre cosas sobrenaturales cuando saliamos a pasear... jeje mi hermana siempre tomaba mi mano con fuerza cuando tenía miedo...- miré con un poco de nostalgia el horizonte -adoraba a mi hermana pequeña jajaja supongo que eso es lo de menos- mirá de reojo a Syu-senpai -y ¿cómo fué su infancia senpai?-

Sonreí ante sus comentarios, parecía que desde pequeñito su madre le había inculcado, de alguna manera, ese amor por las cosas supernaturales, miré el reflejo del sol sobre el lago y suspiré brevemente.

-No tengo hermanos, así que mi infancia no ha sido tan divertida como imagino fue la tuya junto a tu hermana, viví una niñez tranquila junto a mis padres, soy muy tímido, ¿sabes?-reí levemente, -aunque no se me note mucho aquí, contigo-tomé su mano, la acaricié, pero la solté nuevamente y aparté de mi rostro un mechón de cabello que tapaba uno de mis ojos, -pero dime, ¿porqué tu hermana no ha venido contigo a la escuela?, aunque no tomemos las clases juntos, hay sectores comunes y podrían verse a diario-

-Debe ser raro ser hijo único... pero no lo creo tan "tímido"... me beso...- le miré sobando mis labios uno con otro -eso no es ser tímido-

Miré alo lejos -Hace mucho que no se nada de mi hermana, pero me hubiera gustado que usted la conociera-

Me recargué un poco en él, la caminata auqnue placentera me había dejado algo cansado -oh lo lamento senpai- retome mi lugar -¿Cómo eran sus padres? supongo que eran algo serios y bastante atractivos como para heredarle esas virtudes a ud-

Estuve a punto de reirme ante su respuesta a mi "confesión", pero me contenté con morder mi labio inferior y sonreir con suavidad.

-Tienes razón, te besé, fue un buen beso y me gustó, ¿a ti no?-le miré a penas de soslayo y esbocé una leve sonrisa al observarle frotar sus labios con cierta delicadeza, recordando vagamente la tersura de su boca, -pero no soy tan 'atrevido' usualmente-esta vez curvé mis labios hacia un lado, sonriendo con diversión, -también ha sido culpa tuya el que no pudiera resistirme a tu coqueteo-remarqué sutilmente.

Observé en su misma dirección tan pronto verle apartar su mirada castaña de la mía, fruncí levemente el ceño ante su siguiente frase, no era una feliz noticia y no tenía que ser adivino para imaginar que extrañaba a su hermana, me hubiera gustado preguntarle sobre eso pero no me atreví, más por el cambio de tema que prosiguió a la aislada frase, suspiré y me hice de la firme resolución de preguntarle que había pasado cuando nuestra relación se hiciera más estrecha. Finalmente arrugué los labios con gesto levemente inconforme.

-Tengo gran parecido a mi madre que no es japonesa, por eso mi cabello claro y mis ojos azules, tengo poco o casi nada de mi padre, visible, pero el caracter es muy parecido-arrugué más los labios, casi hasta hacer un mohín, -pero no hablemos de ellos ahora, disfrutemos más del paisaje-la noche caía y las luciernagas espezaban una bonita danza sobre el agua iluminando tenuemente el derredor, -creo que estas son las hadas de las que hablaban-dije y proveché que antes se había recostado contra mí para volverlo a halar y acomodarlo cerca mío, lo suficiente como para que se apoyara en mi hombro, acomodandome al tiempo sobre el cesped, apreciando el perfumado olor del bosque.

Su expresión me lo había dicho todo, al parecer hablar de sus padres no era agradable para él, asi que simplemente no quise indagar más.

Me acomodé junto al él, la tranquilidad que me brindaba era algo que no había sentido esde hace mucho tiempo.

-jejeje las hadas eh? creo que me las imaginaba diferente- dije cerrando los ojos casi quedandome dormido, -cree que si le pido un deseo al lago... me lo conseda?- dije mirandole con seriedad

Agradecí internamente su oportuno cambio de tema y pasé mi brazo por su cuerpo, rodeando su cintura, una vez se acomodó contra mi cuerpo, inclinado levemente la cabeza un poco para apoyarla sobre la de él y contemplar mucho más cómodo el paisaje.

Hubieramos pasado un ato así pero mi curioso compañero rompió un poco la postura para mirarme. Cerré los ojos sonriendole con cierto deje de ternura porque me parecía un chico encantador, -pues eso depende, querido Raiku, para empezar, este lago debería estar verdaderamente encantado...-mordi mi labio inferior por un momento, indeciso; tampoco quería ser aguafiestas. -Pero seguro se cumple si crees en ello, como con el polvo de hada, si crees en él podrás volar-reí, no sabía como había terminado hablando de Peter Pan, -pero tienes que ayudar un poco a tu deseo haciendo cosas por ti mismo que promuevan el conseguirlo-y allí estaba la parte realista, si se sentaba a esperar que las cosas pasaran, dificilmente pasaría, -no soy nada bueno en esto, ¿lo notaste?-volví a reir, esta vez besando su mejilla.

Reí un poco mientras escuchaba su lógica -creo que tiene razón- me acerqué más a él

Sus labios eran suaves y bastabte seductores ¿cómo evitar no caer en la tentación de robarle otro beso?.. primero habria que distraerlo -senpai...- me puse frente de él mirandole a los ojos una sonrisa picarona en mis labios -mi deso se hará realidad- me acerqué rápidamente para robarle un beso de aquellos encantadores labios

Le miré atentamente cuando me llamó esperando escuchar sus siguientes palabras, estuve a punto de sonreir ante su determinación pero el oportuno contacto de sus labios con los míos me evitó hacer cualquier gesto. Sonreí cuando se separó tan rápidamente y acaricié su mejilla.

-Si ese era tu deseo creo que sí se te iba a cumplir-dije aunque me sonó soberbio tan pronto decirlo, no me preocupé mucho más por eso, suponiendo que él mismo no lo tomaría a mal, después de todo aquello había sido una broma, aparté los mechones de su flequillo y me acerqué a besar su frente, bajando a su mejilla y de allí a su cuello blanco, rozando apenas mis labios contra la caliente piel, recostandome levemente sobre su cuerpo sin llegar a ejercerle ninguna fuerza, recorriendo entonces con mis dedos su hombro hasta el antebrazo, -sólo me dejes llevarme del gusto-sonreí, antes de subir a sus labios y besarle en la boca con la mía entreabierta.

Me deje llevar por cada una de sus caricias, sus palabras provocaban el más dulce de los placeres, sus manos me llevaban un estado de trance de pasión y locura, en sus ojos se expresaba la mas calida lujuria por mi boca y la acrobacia de sus manos me hacian desearlo más y más.

Y ahi estabamos, los dos, ciegos por un par de labios ajenos, transpirando el extasis de la juventud, sudor de sal que sabe a miel, no pude contenerme, me deje llevar por su beso enervado. Correspondi a su sabor afrutado, disfrutando cada uno de los granos de azucar que de su boca, viajaban a la mía, cada uno de ellos explotando en mi lengua llenandola de su ser.

Su pronta respuesta a mis caricias fue más que grata y la recibí lleno de entusiasmo; ahora, mucho más seguro que antes, dejé que mi cuerpo se recostara lentamente sobre el de él utilizando la fresca y suave grama como lecho improvisado, recorriendo con mis labios la piel bronceada de su cuello, mordiendo, succionando y besando tanto como gritara mi instinto, elevé las manos incapaz de dejarlas quietas y recorrí con ellas los costados de su delgado cuerpo, rodeando su estrecha cintura para volver a capturar su boca en un contacto mucho más intenso. Al separarme de él dejé un peueña mordida en su labio inferior y sonreí al mirarle a los ojos nuevamente.

-Quizás debamos irnos ya-murmuré muy bajo besando la comisura de sus labios, sintiendo su aliento impactar contra mi boca y conteniendome para no besarlo de nuevo, -¿tú qué dices?-

Sus movimiento me tenían a su merced, seguí disfrutando de la dulzura y calidez que sus caricias y besos.

Esa sensación de pasión y deseo surgieron en mi rostro en forma de una sonrisa, mis ojos se perdieron en los suyos.

-Será mejor irnos... se hará noche y aún me debe mi nieve- le dije levantandome un poco para besarle lentamente el labio inferior y retirandome rápidamente

Reí discretamente ante su alejamiento, casi parecía querer escapar de la situación y eso me hacía mucha gracia o bien pudo haberse cohibido, de la forma que fuere, su comportamiento terminaba resultando adorable en muchos sentidos; me puse de pie seguidamente ofreciendole mi mano para ayudarle a levantarse, sentí su beso, calmo y sensual y no hice más que sonreir por él, con el mismo entusiasmo de antes reinicié la caminata, apresurandome a alcanzar sus pasos y colocarme a su altura.

El camino de regreso se había oscurecido y por un momento temí perdernos, sin embargo pensé que si seguíamos nuestros anterores pasos llegaríamos nuevamente a la bifurcación de antes, -creo que los dormitorios estaran cerrados a nuestro regreso-comenté, divertido, distrayendome momentáneamente con el extraño e irregular pulular de una pequeña mariposa que parecía haber perdido el rumbo, -habrá que allanarlos-y sonreí ante la perspectiva de entrar furtivamente al lugar vigilado por profesores con toda seguridad.

La idea de entrar furtivamente a los dormitorios parecía sacado de una pelicula de espias, por lo tanto era algo tentadora.

Le seguí mientras deseaba a que obscureciera más rápido -senpai...- miré a mi alrededor -más o menos... no es que dude de su sentido de la orientación, pero... ¿dónde estamos?-
dije sonriendo al go nervioso

-¿Qué acaso no lo sabes tú?, contaba con tu buena dirección-comenté medio burlón continuando mi camino sin aflicción alguna, en cierta forma hasta me pareció divertido perdernos un rato, pero no, estaba seguro de que este era el camino que habíamos tomado antes, claro que la oscuridad bien podría confundir a cualquiera…

-No debes preocuparte-dije momentos después, acercándome a su cuerpo y ahora caminando a su lado, -recuerdas eso del camino improvisado del que te comenté antes, mira-señalé el camino por el que íbamos, los árboles tapaban en gran medida los débiles rayos del exiguo sol y la ligera claridad plateada de la luna pero se lograba apreciar aún algo, -la yerba está aplastada, quiere decir que más personas han caminado por aquí, varias veces, así que no creo que estemos recorriendo un camino erróneo, de lo que no estoy tan seguro es hasta donde nos llevará-reí bajito, sin embargo confiaba en que regresaríamos sanos y salvos y que llegaríamos al pueblo a tomar nuestro helado, apresuré un poco mi paso dejando atrás el frondoso bosque y caminado ya por un pequeño llano, la luz del sol ya había caído y ahora sólo la luna nos amparaba, pude notar, ya casi al final de nuestro recorrido, la bifurcación y el único camino que nos guiaría a la escuela, -¿aún tienes ánimos de visitar el pueblo?-

Me sentía protegido a su lado, a pesar de que apenas nos habíamos conocido -tiene razón ... creo que ya habíamos pasado por aqui- dije viendo el camino marcado bajo mis pies, viendo como la luz del sol apagandose a lo largo del camino

-Creo que ya es un poco tarde y ver ese lago "encantado" a su lado es mucho mejor que un helado- dije tocando con suavidad mis labios sin evitar sonrrojarme un poco ante el recuerdo de sus delicadas caricias y su dulce beso

-¿Usted aún tiene intención de ver el pueblo senpai?- pregunté mientras "disimuladamente" apretaba su mano con un poco más de fuerza

Uhm… ahora no sabía muy bien que hacer, si llevarlo al pueblo o regresar al instituto; finalmente decidí que por hoy la excursión había sido buena e interesante y que si lo llevaba de regreso a la escuela tendría una buena excusa para verlo nuevamente. Por lo que finalmente resolví tomar de su mano y guiarlo por el camino que nos llevaría de regreso.

-Podemos dejarlo para luego-comenté luego, como quien no quiere la cosa, correspondiendo a su agarre algo más intenso que los demás, -quizás podamos salir el fin de semana de igual forma-noté su gesto al llevar sus dedos hasta sus labios y su posterior sonrojo y no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa que afloró sin motivo alguno a mi pensar. Con la misma suavidad de mis gestos anteriores tomé aquella mano y besé las yemas de los dedos que tocaron su sonrosada boca, -será mejor que nos apresuremos-comenté sonriéndole levemente, apresurando un poco más el paso, nada exagerado, sólo hasta caminar a buen ritmo.

Su gesto me dejo sin habla, él realmente sabia como hacer que uno cayera rendido ante su elegancia y tacto...

Apresuré el paso sin decir una sola palabra solo con una inexplicable sonrisa en los labios y deseos de que el camino no terminara, sentia en pecho aquel palpitar singular que le grita a uno "detente y haz que dure este momento" pero mis pies no paraban como si quisiera huir de aquel sentimiento que hace sentir esas inquitas mariposas en el estomago.

Mi mirada reaccionó al recordar las palabras "-... podamos salir el fin de semana...-" a lo que repliqué -po... por supuesto... eso seria...- mi boca no ayudaba demaciado y parecia que a mi lengua le gustaba hacerse nudos cuando más necesitaba de su fluidez, pero continué -seria maravilloso... bueno es decir seria muy agradable salir con alguien que me puede hacer tartamudear de la emocion de volverlo a ver...- callé de inmediato, ahora parecia que queria arruinarlo todo... pero en fin solo miré a otro lado abochornado por mi contestacion esperando que lo hubiese tomado de la mejor manera