Comida.... (libre)

Tenía hambre... me había vuelto a perder por los pasillos... pero una luz me guió hasta el comedor... (Más bien un sabroso aroma que provenía de ahí). Entré y me pegué a los vidrios que mostraban la comida, observandola y comiendomela con la mirada... Tenía realmente mucho hambre. Comenzé a babear a los cristales, y los encargados del comedor, con tal de no haber de limpiar más, me atendieron enseguida.

- ¡Quiero esto, y esto, y esto y esto, y eso, y esto otro, y aquello! - comencé a señalar todo lo que mi vista alcanzaba a ver y no era (o no aparentaba ser) dulce.

Me lo sirvieron y me lo llevé a una mesa, que quedó llena con mis platos, y comencé a comer saboreandolo todo, tal como un niño con una bolsa de caramelos. Ya llevaba una montaña de platos cuando oí una voz que me sonaba, pidiendo su comida tambien.

Corro por los pasillos chocándome con todo el mundo que se interpone en mi camino sin darle la menor importancia, hacía rato que comenzaba a sonarme el estomago y ya no podía más, menos al percibir el olor que salía del comedor.

Me cuelo sin que aparentemente nadie se de cuenta intentando encontrar cualquier cosa que me quite el dolor, una vez consigo lo que me propongo y consigo librarme de toda esa multitud busco con la mirada un lugar vacío para sentarme, no es por nada personal, pero me gusta comer sin jaleo.

Levanté el brazo y saludé a Ray a través de la montaña de platos, aunque no supe si me alcanzó a ver, así que me levanté y aprobechando que iba a pedir más comida (tenía realmente mucha hambre), lo invité a que se sentara conmigo. Tras pedir de nuevo mil y uno platos, lo fui a saludar.

- ¿Quieres sentarte conmigo? La mesa esta bacía, solo la ocupamos yo y mis platos.... - señalé hacía la montaña de platos.

Me lo pienso unos instantes encogiéndome de hombros en señal de aprobacion-Como quieras- al tratarse de un profesor no creo que haya ningun motivo para que rechace su compañía, le hago sitio acercando la vandeja de comida a mi pecho aun sin probar bocado, volviendo a sorprenderme por el increible parecido que tiene a un alumno.

Volví a sentarme y comencé a comer felizmente toda la comida que me habían vuelto a dar, llenando otra montaña.

- Esque estaba hambriendo... - dije, para disculparme un poco...

Un profesor comiendo tanto... Era un poco vergonzoso... ¡¡Pero daba igual!! Tenía realmente muchisima hambre. Si les molestaba que comiera tanto... que se aguantaran. ¡¡Además, si comía mucho, iba a ser más alto!! o al menos siempre me habían dicho eso....

-Se nota... Bastante -sonrío con aire divertido al verlo comer con tantas ganas, cualquiera diría que lleva meses sin probar bocado, me limito a observarlo fijamente por unos instantes llevandome un poco de comida a la boca, cada vez más sorprendido al ver la rapidez con la que acaba con todo lo que pilla delante, para que luego me pregunten que qué clase de estomago tengo, como se nota que no le han visto a él.

Miro distraidamente la vandeja que tengo delante con desgana, tanta hambre que parecía tener y de un momento a otro se me ha ido el apetito, vuelvo a mirarle con algo de envidia al ver la poca importancia que le da a la gente que está a su alrededor, mirándolo, me gustaría poder hacer lo mismo en varias ocasiones.

Sonreí y seguí comiendo feliz, hasta que terminé de engullir la segunda montaña de comida. Luego me dejé caer un poco de la silla y suspiré.

- ¡¡Estaba todo delicioso!! Estoy llenisimo... ¡Creo que no me podré mover en horas!

Reí y lo observé... No parecía tener hambre. ¿Se le había quitado al ver mi apetito?

Me relamo hambrienta un copo cohibida por la cantidad de personas que hay en este sitio, como se nota que hay hambre; camino sosteniendo la bandeja con sumo cuidado, intentando encontrar un sitio libre en el que acomodarme, ya que a simple vista no quedaban mesas sin más de dos personas ocupándolas.

- ¿¡Os importa que me siente!?-pregunto con los ojos cerrados por la vergüenza, sin darme cuenta de a quien estoy hablando.

Sonreí y le hice señas para que se sentara. Luego me di cuenta de que tenía los ojos cerrados...

- Si, tranquila. - la miré extrañado... - Pero si no abres los ojos te vas a meter un buen guantazo... y vas a hechar la comida a perder...

Aquí pasaban cosas muy raras... la gente perdía el apetito, hablaban con los ojos cerrados, se perdían... ¡Seguro que me divertiria!

- ¿¡Te hice perder el hambre Ray!? - su bandeja estaba practicamente llena... - Jopetas... ¿Te intimido o así? - acerqué mi rostro al suyo, con los ojos brillantes... no quería que me tuvieran miedo...

Despues de la penultima clase Eyes va al comedor para tomar un pequeño almuerzo mientras empieza su proxima clase...
-Quiero un poco de esto.. y de esto otro.-Terminando de ordenar camina en busca de una mesa libre cuando ve a Ray y a un profesor que no habia visto antes.- Creo que ire a presentarme.-

Camino hasta aquella mesa.-
-Hola mucho gusto mi nombre es Eyes Alumno de 3° año, veo que usted es profesor no es así?.-
Etto... podria sentarme?.-Termino de preguntar muy amablemente .-

-Em... para nada-me separo al notarlo tan cerca, sintiendo como una gota de sudor resbala lentamente por mi sien, no sé que pasa ultimamente aqui pero todo el mundo actua de una forma un tanto peculiar, sobretodo yo.

Miro extrañado a la chica al mismo tiempo que me aparto levemente para hacerla hueco, sorprendiendome de la llegada de Eyes casi inmediatamente después de la rubia.

-Mmm hola Ray mucho tiempo sin verte como has estado?.-Le pregunto a Ray ya que dehecho hacia demasiado tiempo son verlo.

¿U... Usted? ¿Me había tratado de... usted? ¿¡Esque ya habían comenzado a salirme arrugas!? Me separé más de Ray con un aura lúgubre a mi alrededor... Me deprimí...

- Puedes sentarte tranquilamente pero... - me froté los ojos para evitar que vieran las lagrimas. - ¡¡Yo no soy viejo!! Que solo tengo 24 años... No soy "usted"... ¡solo soy "tu"!

Le miré mientras decía mis argumentos de porque no debían tratarme de usted... ¡¡Jopetas, que aún soy joven!! Me daba igual si pensaban que era más pequeño y me confunian con un alumno, pero no me gustaba nada que me trataran de mayor....

Sonrío al escuchar hablar a Eyes, haciendole sitio a la vez que respondía su pregunta.

- Pues si, bastante... Bien, gracias-amplío la sonrísa-¿y tu que cuentas?

Miro extraña ese aura depresiva al rededor del rubio tras el comentario de Eyes, sonriendo interiormente después de escucharlo, todavía le falta lo suyo para que se le pueda tratar de usted sin más.

-O bueno, lo siento, no le quise decirle mm decirte viejo a decir verdad es mm eres bastante joven.-Le respondi por que su aura cambio considerablemente despues d emi comentario.- Solo que estoy acostumbrado a habalrle a los maestros, de usted ,pero te hablare de "tu" si así lo prefieres .-

Me sente en el espacio que dejo Ray.-
-Pues de hacer la verdad no he hecho mucho mas que estudiar y practicar un poco la guitarra.-Asi es ,no tenia muchos amigos por acá y los pocos que tenian no los veia seguido.-y usted digo tu que clase das?.-

Lo miré mal cada vez que se le escapaba la forma de "usted", pero por suerte rectificiaba. Sonreí y estiré los brazos, haciendo que crujieran algunos huesos que tenía dormidos.

- ¡Pues hago lenguaje artístico! - lo miré sonriendo ambiciosamente. - por cierto... ¿Estas en el club de música? Digo yo que si tocas la guitarra deberías estar ahí, no? ¡Así compensarias mi disgusto al tratarme de usted!

Tras ver que ninguno de los tres comía demasiado, entendí que tal vez les molestara comer con un profesor... De todas formas me había quedado con algo de hambre, así que me levanté con una sonrisa y fui a buscar más comida, para volver de nuevo a la mesa con otra montaña de platos... Comencé a engullir sin preocuparme de que los demás me vieran raro.

- Esque me quedé con hambre... - me excusé un poco.

-tranquilo, no eres el unico, aunque no lo parezca-sonreí dándome cuenta de lo poco que le gustaba que le trataran de usted, aunque era comprensible teniendo en cuenta de que si no hiciera tan evidente que era un profesor podría hacerse pasar por uno de nosotros.

Verlo comer así me devolvió el hambre aunque estaba tan embobado mirándolo que ni me esforcé por tocar la comida, nunca había visto a nadie comer con tanto entusiasmo, aunque el hambre es lo que tiene.