desahogándome (Aldric)

Emito un suave gruñido en respuesta, presionándole hacia atrás, buscando profundizar aun más la penetración, sigo moviéndome con velocidad esta vez llegando a igualar su ritmo, siento el líquido preseminal resbalar por mis muslos internos, acaricio su mano derecha guiándola hacia mis labios, comenzando a lamerla sin esperar su consentimiento

Las sensaciones se acumulan, su lengua entre mis dedos, el vizcoso líquido entre sus piernas, la exquisita presion en mi miembro, todo ne uno y ya casi no puedo contenerme; corro sus largos cabellos hasta su hobro y beso su nuca humeda de sudor, por la inclinacion de mi cuerpo las embestidas se vuelven mas profundas y yo me esfuezo por que sigan siendo certeras, el momento culminante se acerca cada vez más.

Lamo con más insistencia probando mi propia esencia sin dejar de moverme con más brusquedad, cada vez se acerca más el final, aunque mirándolo bien no me apetece dejar este juego aun, solo esperaré a que termine para volver de nuevo a movilizarme

Noto que deja de moverse y me inclino hasta él

-Hey, ¿que pasa?-bajo la velocidad de las embestidads hasta volverlas un suave y sensual vaiven de nuestras caderas, enterrandome en su interior con lentitud, pero profundamente.

Por un momento parezco emitir un suave ronroneo, no puedo evitar mostrarme sumiso, se detien unos segundos, no esperaba que lo hiciese tan rápido, sonrío de medio lado deshaciéndome de us agarre por más perezoso que me resulte en ese momento, en un rápido movimiento posiciono la cabeza netre sus piernas relamiéndome con lujuria, comienzo a introducir levemente la lengua en la punta, mordiendo al rededor del falo, apretando con suavidad...

Jadeo sin reprimirme al sentir su lengua en la punta de mi glande, el como terminé sentado sobre la cama y él entre mis piernas aun es un misterio para mi, más ahora mismo no tengo tiempo de pensar en mas nada que no sea esa fabulosa y humeda lengua rodeando mis testiculos y como muerde con suavidad solo para ponerme aun mas ansioso y odio admitirlo pero lo está logrando.

Entierro mis dedos entre los largos mechones de su cabello negro que ahora caían sobre su espalda de forma tan insitante y atrevida, como su desearan mofarse de mi voluntaria inmoviloidad a tocarlos y tocar esa piel que cubren; doy un ligero empujon hacia su boca deseando que aumentara el ritmo.

comienzo a succionar con más fuerza y velocidad, arañando sus muslos con la intención de dejarle una buena marca, subo por su vientre dejando un camino de saliva, mordisqueándolo con suavidad, me entretengo un rato jugueteando con su ombligo y ataco su cuello repitiendo la misma operación, frotándome contra él a la vez que monto sus caderas sin llegar a penetrarme aun, parece que estoy acabando con su paciencia

Entorno mis oscurecidos orbes verdes al mirarle, la friccion entre nuestro cuerpos es cada vez mas extaciante, sin embargo le detengo, voy a terminar si sigue asi y no pretendo llegar solo.

Lo afirmo sobre mis caderas y lo penetro suavemente, moviendome con lentitud pasmosa, sin acelerar siquiera los movimientos de mi mano que volvió a adueñarsede se ereccion, masajeandola lentamente, si antes era yo el desesperado, ahora lo será él.

Gimo desesperado intentando que comience a moverse con más fuerza, parece que lo hace a proposito y creo que así es, le miro fijamente esperando que aumente el ritmo de una vez, pero lo único que consigo a simple vista es que siga con las mismas.

-¿te has cansado ya o qué?

Mi labio superior se curva hacia arriba al escucharlo, con saña lo hago bajar por mi extension rápido, fuerte, llenandolo profundamente, pero solo es una embestida y mis movimientos vuelven a ser lentos y certeros, me conformo por ahora con el ronco y fuerte gemido que soltó y los suaves jadeos que no para de soltar, beso sus labios adentrando mi lengua hasta rozar sus dientes sin profundizar, incitandolo...

Me escondo en su cuello jadeando en su oido, introduciendo ahí la lengua, moviendo las caderas con fuerza pese a que sigue frenándome, le beso con desesperación hasta quedarme sin aire, araño su pecho haciéndolo cojer un tono rojizo, debe escocerle bastante, lamo las marcas de la zona sabiendo que le causará más dolor, no creo que tenga tanto aguante después de esto

-Eres un... mhn... sádico-jadeo sonriendo, estoy casi seguro de saber que es lo que quiere.

Retiro mis manos de su cuerpo y le dejo auto penetrarse.

-demuestrame que puedes hacer-le reto con una sonrisa socorrona apoyandome sobre mis palmas, esperando para ver lo que hará.

Sonrío de medio lado acomodándome a mi antojo, si quiere guerra la va a tener-te arrepentirás de lo que acabas de decir...-susurro rozándole suavemente la clavícula, oprimiéndola levemente, comienzo a moverme en círculos intentando conservar la cordura al menos unos minutos, busco sus labios mordisqueándolos con hambre, bajando hasta elc uello y repitiendo el proceso, tratando de memorizar las zonas más erógenas de su cuerpo, pasado un rato comienzo a moverme con violencia, sintiendo como mi pene roza su vientre, hago más fricción tratando de aumentar el contacto, mirándolo penetrantemente.

Gimo y jadeo por un momento cuando aumenta el ritmo, mi cuerpo se tensa ante la presion que ejerce su carne sobre mi miembro, le miro a los ojos y sonrío sosteniendolo de las caderas, manteniendo el ritmo constante pero profundizando las embestidas, acariciendo sus labios superficialmente mientras los asotes de siguen dando irregularmente.

Comienzo a moverme con más violencia sintiendo como sus testículos golpean mi trasero, excitándome de sobremanera, me levanto un segundo mirándole con picardía antes de posar mi lengua en su cuello, recorriendo el vientre hasta llegar a la pelvis, mordisqueando levemente la zona, comienza a removerse con insistencia, haciéndome sonreir con malicia...

-Ray, deja de jugar-advierto mirandole fijamente, excitandome con la sola imagen de como su lengua corre por entre mis muslos sin llegar a nigun sitio aun.

Le miro desde abajo sin dejar de lamer sus muslos, sin llegar a ninguna parte, retándole a que sea el mismo quien me obligue, podría decir que esto es un castigo por lo mal que me lo ha hecho pasar anteriormente.

Corro los mechones que caen por su rostro y le alzo el mentón, besandolo hasta dejarle sin aire, dejandolo a él debajo. Le miro a los ojos mientras bajo por su pecho, lamo su ombligo con paciencia, dejando que mi lengua perezosa haga el trabajo, cuando bajo, atrapo entre mis dientes la punta de su glande, acariciandolo con la lengua de forma superficial, deslisando mi boca por la longitud, sin querer introducirlo del todo, si quiere juego sucio, lo tendrá.

-Ahh...nh..-acaricio su nuca haciendo presión, lo cual no me es nada sencillo, ni si quiera puedo abrir los ojos sin sentir un fuerte pinchazo recorrerme la columna, seguido de un leve mareo lo suficientemente fuerte para aturdirme unos segundos, muevo las caderas simulando un par de embestidas sin dejar de intentar marcarle el ritmo, vuelvo a ser yo el desesperado.

Acaricio entre mis labios la sensibilitada piel de sus testiculos, dejando mi lengua correr por escazos momentos, acariciando con la punta de uno de mis dedos su entrada, simulando querer entrarlo sin dejarlo que sea mas que un intento, me separo de él para mirarlo a los ojos.

-Dime que es lo que quieres, Ray-

Dejo de gemir mirándolo directamente a los ojos, ¿que qué quiero? Tiene gracia, ni yo mismo lo sé, en un principio meterle toda la prisa posible, hasa hace unos momentos ese afán que tenía de jugar seriamente había pasado a un segundo plano, parece que más que eso lo que me interesa es saber hasta donde llega su aguante y el mío propio, sea por reto o curiosidad...

-Ray-susurro ascendiendo por su pecho, dando suaves besos hasta llegar a su cuello y morderlo, lo tomo de las caderas y le abro las piernas inttroduciendome en él rápido y profundo, le hago ir en a un ritmo suave y desesperante para ambos, -dime que es lo que quieres-exijo.

-...-sonrío acercándome a la curva de su cuello, dejándole una bonita marca en esa zona, rodeo su cintura con una de mis piernas, dejando la restante entre las suyas, restregándola con fuerza, haciendo toda la presión que me es posible, dejo de esconderme en su hombro posando mis labios sobre la mandívula, susurrandole-por ahora ¿que te parece si nos dejamos de rodeos?

Enarqueo una ceja sonriendo con algo de sorna, acaricio su miembro con fuerza al ritmo de las embestidas.

-Tu fuiste el que empezó-susurré jadeando en su oido.

Sonrío interiormente al escucharlo, tiene razón, la culpa es más mía que suya, sigo el ritmo de las embestidas tirando levemente de su pelo, muerdo con una fuerza descomunal su hombro derecho, enterrando los dientes en este, no quiero ser el único que grite.