Paseo por el desierto (Yukimura Kei) [Cerrado]

Ups... Mierda, debí de haberme callado antes ¡maldita bocata! Había metido la pata hasta el fondo y ahora... no sabía cómo sacarla.

Lo peor es que... ahora que lo decía, me daba cuenta de lo que había hecho, de cómo había actuado y tenía todo el derecho del mundo a estar enfadado conmigo, porque tenía razón.

- Lo siento... - aunque sé que eso no valdría para nada, ni me atrevía a verle, sólo me quedé en mi sitio mirando en dirección contraria - me he comportado como un caprichoso - queriendo saber cada vez más, aunque antes fuese aún más avaricioso, no he conseguido cambiar eso del todo y a veces seguía saliendo ese odioso niño - un desconsiderado - ya que él no me había gritado lo que estos momentos pensaba de mí, yo lo haría por él, no quería darle pena, sólo quería demostrarle que me sentía como tal, por no haberle agradecido ya lo suficiente que me ha contado y en cambio yo sólo quería que me contase más y más, además de que intentaba protegerme... Y lo peor, lo que peor me hacía sentir - y siento mucho haber sido tan egoísta - eso demostraba que tenía razón en lo que decía, en ningún momento había pensado en que a él le duela contarlo... Hacía mucho tiempo que no me comportaba de esta manera y ahora recuerdo lo mal que se sentía ver a los demás así y aún más si es por tu culpa. - No te he contado de mí... - no sabía si seguir, quizás hablando no hacía más que empeorarlo y debería de callarme de una vez, pero ya que empecé la frase, al menos la terminaré aunque tenga miedo de empeorarlo todo - porque me sentiría... hipócrita - era obvio, pues lo primero es que no me gustaba ir contándole mis penas a gente que veo que también lo pasa mal, sería querer hundirles aún más y menos aún lo haría sobre alguien como él, que parece haberlo pasado peor que yo, no me siento con el derecho de contarlo a menos que él me lo pida.

Ya no sabía que más decir, por fin me atreví a mirarle pero con duda ante lo que debería de hacer ahora, ¿debía irme? Ya ambos conocimos a qué nos referíamos con eso de que acabaríamos haciéndonos daño y yo precisamente me refería a esta parte de mí, nunca me pareció una casualidad que mis ojos fuesen desiguales pues lo eran igual que por dentro yo también, siempre he tenido dos partes dentro de mí y una de ellas siempre acaba haciendo daño de la forma más eficaz, aún cuando yo no quería, no quería... Supongo que es eso a lo que llaman estupidez humana, pues no era ni ángel ni shinigami, era un simple humano.

- Gomenasai... - me disculpé por última vez, esta vez en su idioma, devolviéndole el favor que él me hizo antes cuando yo estaba un poco molesto, aunque sabía que con él no funcionaría pero no sabía que hacer, no quería moverme de mi sitio para acercarme a él porque él no querría, así que sólo le veía sumiso, dándole a entender que haría cualquier cosa que me pidiese, incluso si prefería estar solo, aunque él ni siquiera estaba viéndome. - No volveré a hacerlo…- seguí hablando en japonés difícilmente - quiero cambiar… - pronuncié con decisión sintiendo mis ojos sofocados, no es como si fuese a llorar de nuevo pero no podía evitar que en momentos como estos empezase a agobiarme y sentir un poco de ansiedad.

-Cuando cuentas algo de ti a alguien... es porque confías en ese alguien... Eso no es ser hipócrita, es ser sincero. Yo no pregunto, porque no lo veo necesario. Si alguien confía en ti se abre, sin necesidad de forzar las puertas. Así que si esperas que te pregunte puedes esperar sentado, porque no pienso hacerlo, me parece una falta de respeto a la privacidad, al menos cuando se trata de temas personales.

Seguía mirando en otra dirección, había hablado con calma, sin entretejer ningún sentimiento en mis palabras, ni de aceptación ni de rechazo, simplemente exponía un hecho. Yo mismo me había sorprendido de mi arrebato. Odio perder el control de mí mismo y recordaba cómo había elevado la voz con algo de vergüenza, no era propio de mí dejar translucir mi enfado tan claramente. Intenté echarle toda la culpa al encuentro con Tetsuya, pero sabía que había gran parte de culpa en algo bien distinto. No debería haber dejado que me influyera, me había sentido traicionado, primero por él y luego por mis propias palabras.

No me producía ninguna gran alegría mi idioma natal, ya que no le tenía tampoco gran aprecio, pero entendí la intención, por analogía con mi propio comportamiento. También oí su voz, y supe que pronto comenzaría a llorar de nuevo. Casi lo único que sabía de él fuera de tema superficiales era que odiaba mi idioma, y comprendí el esfuerzo que le exigía hablarlo. Me di cuenta de que en realidad ya no estaba enfadado, al menos no tanto. No era como si fuera a perdonarle tan fácilmente, pero era un primer paso.

-Quiero cobrarme el favor que me deberás por ayudarte a estudiar: olvida todo ésto y no lo vuelvas a mencionar.- eso incluía indirectamente mi estallido.- Y si realmente quieres cambiar empieza por no huir y siéntate ahí. Te lo había dicho ya anteriormente, hazte cargo de tus acciones y no intentes huir. No olvides la crepe, que ésta vez sí que pagué.

Me volví de nuevo al frente, aún con mirada hosca. Recogí la crepe y, aunque se me había ido gran parte del hambre comencé a comer lentamente. Ante estos casos, chocolate, que como bien dicen es antidepresivo y aligera cargas como éstas.

En lo que llevaba aquí ya me había dicho eso dos veces y eso empezaba a hacerme pensar que de verdad no es común preguntar, sino que esperan a que tú se las digas, mas no es precisamente la iniciativa mi fuerte. Además, claro está que no es lo mismo contar las cosas siendo el inocente y víctima de todo, que siendo el culpable y causante del mal ajeno y propio. Es por eso que lo sentía hipócrita - ¿qué derecho tengo a quejarme de lo que he pasado si yo mismo me lo he buscado? Ninguno, simplemente no puedo hacerlo, no se trata de una cuestión de confianza, sino una cuestión personal - pregunté y me respondí a mi mismo en voz alta pues no tenía la intención de sacar esos pensamientos de mi cabeza pero ellos solos salieron.

Noté como su voz ni nada en él parecía enfadado, sino en su misma inexpresión, aunque no sé si podría catalogarlo como bueno o como malo porque no podía saber si se le había pasado o sólo lo escondía tras su máscara.

- Te lo prometo - contesté rápidamente accediendo a devolverle el favor (aunque sentía que olvidarlo era uno mutuo) sintiéndome más aliviado de escuchar eso y tal y como dijo, me senté de nuevo en el banco empezando a devorar mi crepe - no pensaba huir - aclaré prácticamente in entendible por tener la boca llena, pero estaba realmente hambriento, desde anoche no comía nada. Aunque fue una vil mentira lo que dije, si pensé en hacerlo, pero sólo si el quería. Pero creo que no estaría mal empezar por ahí, ya pensaré más detenidamente como hacerme cargo de mis acciones y no huir, por ahora prefiero disfrutar de la comida.

- Oye... y ¿te gustan los ordenadores? - pregunté después de tragar el último bocado - es que... hace tiempo que estaba pensando en algo... - empecé a hablar sacando un tema de conversación, dándole a entender que cumpliría mi promesa de olvidar lo ocurrido, además de que lo menos que podía hacer ahora era intentar calmarle un poco - en el instituto no tienen sala para que tú vayas a usarlos cuando quieras, a la de informática hay que pedir permiso y es un rollo, porque te están vigilando... - así como para ver yaoi - y pensé en que podríamos conseguir un portátil, así sería fácil de esconderlo cuando hagan revisiones... Que por cierto, esconde el alcohol porque dicen que a veces se pasan por las habitaciones - le advertí lo que Raiku me había comentado ya anteriormente - Y no estaría mal tenerlo para dibujar, podríamos hacer el manga a ordenador durante las vacaciones - le propuse llevándome los últimos restos de chocolate a la boca manchándome alrededor inevitablemente.

-En ese caso... necesitas más confianza en esa persona.- dije con simpleza.- Tengo un portátil en mi casa... Podría pedir que me lo enviasen aquí. Los programas son fáciles de descargar de internet y no tengo gran dificultad con esas cosas. Supongo que tendrán una conexión inalámbrica a la que podamos conectarnos, si no es abierta basta hacer un par de arreglos.-no soy ningún hacker, pero dudo que la red de un instituto tenga una seguridad demasiado alta.- Por la bebida no te preocupes, la tengo guardada dentro de la maleta en el compartimento de arriba del armario y no lo encontrarán.

Miré de reojo su cara mientras comentaba y comencé a bajar mis defensas. Su cara estaba adorablemente manchada de nata y chocolate, no debía estar acostumbrado a comer con las manos.

-Entonces deberías empezar a pensar en la historia. Si la piensas y me dices más o menos lo que irá pasando empezaré a escribir el guión a mano, y cuando llegue el ordenador, que no creo que tarde más de una semana, lo pasaré a ordenador para que quede limpio. Incluso podría echarte una mano con los dibujos si te parece bien. ¿Alguna idea?

Le miré asombrado por lo que dijo con una gran ilusión - eso sería genial - añadí alegremente limpiándome los restos de chocolate intentando que no quedase ninguno - por cierto, gracias por el crepe. Nunca los había probado, están ricos - le agradecí al recordar ese detalle, tampoco quería actuar como un maleducado justo en estos momentos. - Por la conexión dudo que haya problemas... y si los hay, siempre podemos pedirle ayuda al profe de biología, se ve majo y no un estirado como los demás, seguro que con unos favorcitos a cambio, nos ayudará. Pero... con respecto a la historia... yo no sé, nunca he pensado en una - revelé un tanto apenado por el dato, ya que nunca me había gustado leer, hasta que no empecé a leer manga (y la mayoría romances) no empecé a descubrir historias de otras personas - además, ya que lo haremos juntos sería injusto que sólo yo pensase en la trama y es más... no querrás que quede una birria, ¿no? porque como no me aconsejes... - reí nerviosamente al pensar en las únicas tramas que se me ocurrían... - un vampiro enamorado de un humano, romance en un instituto, hombre casado que tiene una aventura con un joven bohemio... Lo siento, es lo único que se me ocurre - le dije derrotado sin poder pensar en nada más, definitivamente ahí necesitaré ayuda - pero por lo demás me parece bien... Me gustaría ver tus dibujos e igual yo te enseñaré los míos, para contrastar estilos, será curioso ver la mezcla.

Me quedé un momento parado cuando escuché sobre mis dibujos. No me avergonzaba mi talento de dibujo, pero no eran los dibujos que cualquier chico disfruta mirando.

-No creo... que mis dibujos te gusten... Aunque sí me gustaría ver los tuyos. Mmm...-dejé unos segundos pasar en silencio mientras pensaba y seguía comiendo la crepe.- La originalidad no es mi fuerte tampoco... Tal vez... un romance nocturno, por ejemplo, un chico que pasa muchos problemas en la vida real al quedarse dormido sueña siempre con el mismo lugar, en que le espera otro chico. El objetivo de esos sueños que en un principio era evadirse va cambiando a los deseos por ver al otro chico... También se me ocurre un príncipe solitario, que de pequeño tenía un compañero de juegos, igual que muchos niños de la nobleza, a quienes se les asigna un compañero. Pero al cumplir la mayoría de edad que sería a los 15... debe separarse del amigo igual que se separa de la infancia. El amigo no lo olvida y vuelve años más tarde como sirviente, pero el príncipe no solo parece no recordarlo sino que ha cambiado y ahora es una persona distnta completamente... No sé, hay que pensar bien estas cosas.

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Ideas con copyright, ok? xD Que estoy escribiendo fics con esa temática.

- Bueno, tú deja que yo los vea y ya te diré si me gustan o no, aunque no me importa lo que haya en ellos, para juzgarlos prefiero guirarme por el talento y el esfuerzo del dibujo, no del dibujo en sí - costesté levantandome del sitio para ponerme frente a él y comentarle - empieza a hacer calor ¿nos vamos volviendo ya antes de que alguien se entere de que escapamos? - le sugerí, ya que no me extrañaría encontrarme algún profesor por las calles que aprovechando lo tranquilo del instituto pudieron haber salido sin preocuparse en que pudiese ocurrir algo.

- Sí, tendríamos que verlo mejor aunque la idea de los sueños me ha gustado bastante - sobretodo porque podría meterme bastante bien en el papel del chico y eso siempre ayudaría para que la historia se sintiese más real.

Asentí y me levanté, tragando el último pedazo de crepe. Salí de entre los arbustos seguido por Yu, con el libro bajo el brazo, y tras tirar el envolvtorio a la papelera de la esquina, caminamos de vuelta al instituto.

CERRADO