Compañía al despertar (Yukimura Kei)

Respiré hondo y dejé que hablase hasta el final. En el punto en que mencionó los labios miré hacia otro lado simulando mirar la hora para evitar que me viera la cara. No obstante me fijé en su rostro de reojo, por su sonrojo imaginé que pensaba en lo mismo que yo. El resto del rato esperé pacientemente, con expresión imperturbable.

-Sí, lo es supongo, y sí, se hace también así, a eso se le llama francés bebido, aunque solo si se traga, lo que es bastante común si se termina en la boca. Oh, por cierto...-sonreí. El golpe fue rápido y certero, pero sobretodo, sonoro. Un seco plaf llenó la habitación cuando mi mano impactó de lleno con su nuca.- Más respeto, niño.- y la falsa sonrisa desapareció dejando paso de vuelta a la seriedad, aunque con una curiosa satisfacción pintada por librarme por fin de lo que tantas ganas llevaba teniendo en su "discurso".

- Ay… - eso picó, aunque el golpe si que estaba merecido. Me sobé la zona en donde me había pegado - me has descoyuntado, bruto - me quejé mirándole, después de corroborar que aún podía girar el cuello, con los ojos llorosos - pero si yo te tengo respeto, sensei… - bueno, no del todo, pero sólo me burlé de él un poquito, casi nada, solamente acepté el que voluntariamente quisiera hacérmelo…- Pero si era broma, hombre… - intenté quitarle importancia, pero es que desde luego… las cosas que me hizo decir mi arrebato. - Además, así te vas acostumbrando para cuando tengas que contarle estas cosas a tus hijos… Pero espera… dijiste ¡¿Tragarlo?! Vale… eso ya si que no puede ser sano… Tienen que dar unas diarreas y unos vómitos que vamos… ¿Es que no se puede usar un condón para eso? - al menos así no habría un contacto tan directo y menos aún la boca se llenaría de esa sustancia. - ¡¡Ah!! Por cierto, por cierto, siempre he tenido una gran duda… Si son dos hombres… ¿la penetración se hace con condón? - formulé una de mis mayores incógnitas - por favor, necesito saberlo es que… ya sabes, ha habido varias veces en las que se me ha presentado la oportunidad de hacerlo pero no sé nada de eso… Y al menos para cuando lo haga quiero saber al menos si necesitaré uno… - le expliqué sumamente avergonzado por tener que decir tal cosa pero era necesario si quería saberlo y no encontrarme en esa situación sin saber nada que hacer y haciéndolo todo mal.

Ahhh... Suspiré de nuevo...

-¿Desde cuando me he convertido en tu asesor sexual, si puede saberse? Ah... Pues... -comencé a enumerar.- lo de tragarlo, no supone ningún problema para la salud, fuera del asco, nada, excepto por el peligro del SIDA y ese tipo de enfermedades con esa vía de transmisión. En cuanto al uso del condón, por supuesto que se hacen felaciones con él, cuando se hace sin él se llama francés natural. Para la penetración... puedes hacerlo con o sin él, cada cosa tiene su ventaja... Con él se supone que dada la lubricación, duele menos.-la última parte la añadí con tono monocorde.- Por otro lado, sin él se supone que es más placentero, y digo que se supone, así que no me preguntes más que no sé.-la última parte la pronuncié en tono monocorde.

- Desde hoy - asentí a su pregunta como si fuese lo más normal del mundo. - Esta bieen… - contesté con pesadez dándome por vencido y no hacer más preguntas, aunque aún seguía con lo duda… - No me explico cómo puedes saber tantas cosas ni tantos nombres… - agregué dando a ver mi asombro ante el Kei que había descubierto hoy. - Joo… me va a costar la misma vida pintar esas escenas… - me tiré bocabajo sobre la cama hundiendo mi rostro en el colchón, sintiendo por primera vez una de esas típicas depresiones de autores o tal ver una de adolescentes, quién sabe… - Y admitámoslo… no sé nada de nada, no voy a saber dibujar eso, ni siquiera hacerlo y se reirá de mí, quedaré como un idiota y lo peor es que dolerá… y después se marchará y nadie me querrá… - empecé a contarle todas mis penas, pasando de asesor sexual a psicólogo personal.

-¿Quién dices que se reirá de ti? - pronuncié con un tic en el ojo. ¿Cuándo habíamos pasado de hablar del sexo en general a sus propias futuras experiencias?- Si lo que quieres es que no duela, es más facil haciéndolo con.-dije, medio en serio, medio en broma.- Y claro, como a la mayoría de los tíos les importa taaanto su virginidad, obviamente el que sea tu príncipe azul será particularmente a quien le importe y por tanto, aún así, te dejará, ¿no?-argumenté sarcásticamente.- Dibujarlas es sencillo, es más complicado llevarlas a la práctica, sobre todo ciertas posturas que...-dejé la frase en suspenso.

- ¿Quieres dejar de llamarle así? - le pregunté con hastío volteando mi rostro para verle - nadie dijo que fuese azul… ¿qué hay si es amarillo…? - y es que al verle, con esos ojos azules y cabello azabache ligeramente azulado, no podía evitar pensar en él como algo azul y que estúpidamente negase que fuese de tal color… Quizás sólo buscaba negarle algo indirectamente, o negármelo a mí mismo. - Y me refiero a él… Él se reirá de mí. Puede que la virginidad no le importe, pero apuesto a que la inexperiencia seguro y dudo que le agrade que sea malo… Además, que a ti no te importe la virginidad no significa que a los demás no, te recuerdo que soy hombre ¿eh? - dije un poco ofendido por eso, empezaba a sentir como que yo no era como el resto y que no me tomaban como tal. - Pero no creo que ni mi virginidad le importe, lo único que querrá será mojar como todos los demás y por eso me dejará… Cuando tienen su polvo se marchan, siempre están buscando lo mismo… - empecé a enfadarme yo mismo con quién sabe qué. - ¿Sabes qué? Que no me va a doler porque paso de eso y paso de los tíos y de todo lo complicado - volví a hundir mi cabeza en el colchón, esta vez tapándome con la almohada.

-Hay quien la inexperiencia la ve como algo lindo.-comenté sin mucho interés.- Tienes cambios curiosos, ¿sabes? Pasar del niño soñador a la adolescente despechada antes del primer encuentro. ¿Y no se supone que eres tú el que se niega a acostarse con quien no le ama? ¿O es que no te acostarás con alguien a quien no amas? Es distinto...- me agaché cerca del colchón, apoyando la cabeza de lado según levantaba la almohada con que se trataba de cubrir, para mirarle así en esa postura, con expresión ausente cotidiana, con ojos que traspasan y van más allá de lo que tienen enfrente. Mirando los suyos, con sana curiosidad y sin ninguna insistencia ni interés en molestar.

- Vuelves a referirte a mí como mujer y termino lo que mi patada empezó… - le amenacé antes de nada por haber tomado mi comportamiento por el de una adolescente, ya que no creo que haya comportamientos exclusivos para mujeres y aún menos porque sea “uke” no significa que sea afeminado, solamente me gustaban los hombres y nada más… Que forma tan errónea tiene la gente de pensar. No era la primera vez que se referían a mí de ese modo, de hecho les gustaba bromear con eso. - Siento no ser mujer… - murmuré más para mí mismo sabiendo de sobra que eso ayudaría en muchas cosas incluso ahora.

- Pero siempre ha sido así - volví a centrarme en el tema sin desviarme - ya deberías de saber que todo en mí tiene su opuesto - hasta cualquier actitud que tomase siempre había una parte de mí que se contradecía o incluso yo mismo en general.

- Lindo, ¿eh? Dudo que alguien vaya a pensar “oh, ha sido un polvo horrible pero ha sido lindo que sea un inexperto” - vamos, que no creo que porque sea “lindo” les justifique que fue malo - y aún así la inexperiencia es vergonzosa para quien la padece… - no tenía que irme más lejos que un par de horas para recordar la incomodidad de saber que no eres bueno y de decepcionar. - ¿Es que a ti te parece lindo? - pregunté curioso con un gran doble sentido y con una pregunta indirecta que hacía referencia a cuando probó esa inexperiencia, que hasta donde yo sabía sólo la probó de mí.

Volví a mi expresión relajada pensando en lo que había dicho agregando antes - buena pregunta… - casi podía decir la respuesta con toda certeza aunque nunca se sabe lo que puede ocurrir y si a la hora de la verdad cambiaría de opinión y no sabía lo que él objetaría acerca ella. Negué suavemente con la cabeza - ambas son correctas y a la vez incorrectas… - de nuevo se daban a relucir mis contradicciones - que no me ame no me importa… Si yo sí lo hago, no me importa que para él yo no pueda significar nada más, no me importa acostarme con él aún si él no me ama… Mientras pueda estar lo más cerca de él, no me importa, al menos tendré un poco de su atención, aún si no puedo pedir más de él, me conformo con lo que pueda darme - bajé mi mirada sin atreverme a enfrentar la suya después de contestar con toda sinceridad, queriendo hacerle saber eso ya que una vez él mencionó la posibilidad de no ser correspondido y si… eso ocurriese pronto, no preocuparle con lo que me pudiese pasar pues no pediría más.

- Aunque también… cabría la posibilidad de que lo hiciese con alguien sin que le ame pero únicamente si él sí lo hace y estoy seguro de que lo merece, intentaría quererle… No querría hacerle daño por mi culpa y si puedo ayudar a alguien a ser feliz… no me importaría estar al lado de alguien que me quiere… Aunque no creo que esa posibilidad ocurra - aclaré sin especificar si me refería a esa situación en general o al hecho concreto de que alguien me quisiese.

-Yo no lo siento.-le contravení.- Era más difícil que te dejase acercarte a mí si lo fueras, tengo bastante experiencia con jovencitas de instito con las hormonas revolucionadas. -me pensé detenidamente su pregunta antes de darle respuesta.- Hum... Tal vez, sí, no puedo asegurar lindo, pero sí inocente, y la inocencia es algo valorable.-el tono amargo que envolvía mi voz al final mostraba que yo también desearía ser alguien más "lindo" e "inocente".- Y la vergüenza aumenta precisamente ese efecto.- no me sorprendió su respuesta a mi pregunta, pero sí me provocó cierta desazón.- Eso está muy mal, si te dejas atar así te cortarás tú mismo la posibilidad de amar a alguien que sí lo merezca... y no está bien que dejes que alguien que no la desea de verdad se lleve algo tan importante... No me importaría si ni tú lo amas, ni él a ti, porque se quedaría en algo corporal, pero los sentimientos lo complican todo mucho. No necesitas acostarte con él para estar cerca... Hay formas de amar sin necesidad de destruirte en el proceso... aunque también duelan, por el lado de no estar con él de la forma que deseas... siempre será mejor que rebajarse así.-le imprimí cierto tono bizarro a lo último, dejarse destruir sin oponer resistencia era para mí un gran pecado, lo odio, aunque sea poca. Dejarse manejar como una marioneta... horrible... arrastrar el orgullo por el barro y ensuciar algo tan blanco como ese sentimiento de esa forma.- Acepto mejor lo segundo, no es tan horrible si te quiere, y es más posible que tú puedas amarle, porque hay muchas clases de amor, tanto rápidas como lentas. Aunque en realidad solo digo cosas que he aprendido leyendo.-dije rápidamente al final, yo no estaba en derecho realmente de hablar de amar o ser amado... porque jamás lo había sido. Eso expresaba mi última frase.- Pero déjame decirte otra situación... ¿qué pasaría si te ama aquel que odias?-sonreí melancólico, no era mi situación real, pero se acercaba.- Alguien a quien pase lo que pase no puedes amar, pero que dice amarte... lo dice, aunque no sabes si es cierto e incluso lo dudas. Creo que eso sería lo peor.-eso sí se acercaba mucho a algo que guardaba muy dentro y que esperaba que Yu no relacionase conmigo.- Peor que amar a quien no te ama, o que alguien que no amas te ame. La incertidumbre y que tú mismo sepas que, además, no debes, es un ataque por todos los flancos... Me he liado sólo.- sonreí, irónico.- Tiendo a darles demasiadas vueltas a las cosas, terminando en sinsentidos como ése, intentar buscar situaciones peores que las peores.

- Bueno, no hay mucha diferencia en eso… Soy gay así que también podría haber sido como una de esas adolescentes. De hecho los tíos solemos ser peores, debes de temer más que se te acerque un hombre al que le gustes. Suerte que tuviste que he sido yo, que ni loco haría las cosas que te habrán hecho esas niñas o siquiera pensado en hacerte. Pero es que… - dejé la frase a medio terminar dando un repaso a todo su cuerpo, aún sin cubrir por una camiseta y rostro sin su usual cinta… Desde luego, las pobres muchachas lo harían con motivos más que de sobra, hasta las entiendo - me gusta más como te ves sin cinta… - agregué sin venir a cuento, saliendo el comentario de mí por sí solo.

Agaché la mirada apenado mientras me “regañaba” sabiendo que llevaba parte de razón y que haría mal haciendo eso, pero no creo que fuese algo que pudiese evitar. - Pero Kei… - le llamé después de escuchar su largo discurso en un ligero quejido infantil - que no me quiera no significa que no la merezca y para mí no sería algo carnal… Pero ¿qué hay si él sólo aceptase estar conmigo de ese modo? No tengo derecho a obligarle a mantener una relación seria… Rebajarse… quizás lo hiciese pero… estamos hablando de amor y si le quiero no podría hacer otra cosa, por amor se hacen locuras y si tengo que acostarme con él para así intentar que me quiera, lo haría… No correspondidos es lo último que queremos ser y el amor puede al orgullo… A mí me puede - concluí ese tema, tampoco es que pudiese decir con toda certeza que así sería, quizás aunque le amase puede que no me deje hacer a menos que ambas partes no sientan lo mismo. Eso sería lo ideal aunque bastante difícil de conseguir.

- A quien odio… - medité bastante rato su pregunta, incluso sus mismas palabras que consiguieron confundirme un poco hasta que conseguí imaginarme la idea que quería decirme - es imposible que pueda amarle si le odio, como ya te he dicho sólo intentaría querer a alguien si creo que lo merece. Y si le odio será por unos motivos, así que es imposible que merezca siquiera que intente quererle y tampoco me creería sus palabras… Si me ama entonces ¿por qué hizo lo que hizo para que llegase a odiarle? No tiene sentido, ese es un amor enfermizo… - expuse mi opinión a la nueva situación esperando haberla encajado bien, pero es que viéndola por donde la viese no podría ser que la persona que odie, me ame, es completamente contradictorio. - No te preocupes, me gustan estas cosas de poner situaciones, también es un modo de conocer a las personas… Dime… ¿tú que harías si algún día llegases a enamorarte de alguien con quien siempre quieres permanecer a su lado pero no te corresponde en el mismo sentido? - sabía que la posibilidad de que él amara sería baja, al menos según él daba a ver y decía, pero nunca se sabe lo que el viento puede traer.

-A mí, no.- sonreí amargo.- Tal vez así sería en un amor correspondido, pero aunque lo amase no llegaría a entregarme así... ya tiene bastante de mí con tener mi corazón para darle más, ¿no crees?-tras oír su respuesta asentí, tomando de todo ello una única frase para resumirlo.- Es un amor enfermizo.-no dudé a la hora de responder la nueva pregunta.- Callaría. Me lo guardaría hacia dentro. Hasta que me destrozase. Una vez sucediera comenzaría a alejarme muy poco a poco hasta desaparecer de su vida, sutilmente, sin que se diese cuenta, aunque tardase media vida. Probablemente me llevaría un par de años que me destrozara, y otro par en distanciarme para no hacerlo excesivamente deprisa. Aún así sería preferible a otras opciones, como dejarle tomar los hilos de mi vida más de lo que ya los controla.

- ¡¿Por qué?! - pregunté alterado por su respuesta dejándome llevar - ¿acaso que no te corresponda significa que ya no puede estar a tu lado? Podrías seguir a su lado e intentar que te quisiese… Pero no me gustaría saber que algo así te destroza. ¡Ya sé! Prométeme que si encuentras a alguien me lo dirás ¿sí? - le pedí con ilusión, dejando al margen un pequeño pinchazo que esperaba que ese momento jamás se presentase - así podré ayudarte, abrirá los ojos para ver lo que tiene delante y no podrá evitar acabar correspondiéndote y seréis felices - sonreí con un poco de esfuerzo porque mis propias palabras me estaban provocando dolor de cabeza de sólo imaginarlas reales.

-No creo que encuentra a nadie.-respondí, firme, inflexible a su tono.- Y simplemente no soporto esas cosas, las ataduras me hacen sentir... horrible, que mi autoestima caiga, que sienta que no tengo control en mi vida. Bastante poco tengo ya... Bastantes ataduras, bastantes veces me han suprimido... Aguantaré lo que sea y luego me iré, ya te he dicho, aguantaría un tiempo, probablemente un par de años, si esa persona fuese capaz de amarme, ¿no crees que ya lo habría hecho en ese plazo? De todas formas, no es algo sobre lo que tenga elección.

- Entiendo… - asentí después de escuchar su opinión, supongo que no era el tipo de persona que busca querer a alguien, lo que me hace sentir lástima por quien pueda enamorarse de él. - Sí, ese tiempo pudo haber sido suficiente pero… ¿y qué hay si él no dice lo que siente por vergüenza? Entonces, os alejarías los dos sin saber que erais correspondidos pues, si no te gustan las ataduras, no le dirías lo que sientes y preferirías guardártelo ¿no?

- Y… - dudé en preguntarle, temiendo sobretodo su respuesta - si alguien te amase… No alguien a quien odias ni tampoco que… no sé, simplemente un amigo o conocido… ¿qué harías si él te ama? - ¿cuándo empecé a referirme a ese alguien en masculino? ¿Cuándo me empecé moría por saber esa respuesta? Sólo espero que no sea capaz de ver un poco de mi confusión interna con la pregunta que le hice. - No le corresponderías, ¿cierto?

-Aún así, sería mejor... Sería muy triste para esa persona, no por mí, sino porque yo no le convendría.-de nuevo sonreí tristemente.- Para aquel que se enamore de mí, quiero decir, independientemente de si lo ame o no, sufrirá, allá donde voy llevo problemas, tú mismo no pareces darte cuenta de el riesgo de ser amigo mío. Y... sólo tengo una persona que entre en la categoría de amigo dentro de mis conocidos, que es un círculo muy pequeño. Casi no me relaciono con nadie, desde siempre. Aunque si quieres una respuesta directa para tu pregunta... supongo que en mí cambiaría poco, al menos... no me alejaría en ese caso, es un caso casi imposible, de todas formas. Lo que haga él a partir de ahí es cosa suya. Pero no corresponderé a quien no ame, que te repito no creo que me vaya a enamorar, porque ya implicaría sentimientos y no voy a jugar con los sentimientos de alguien que me ame impidiendo que ame a otro... Luego está la posibilidad que obviamente te mueres por saber, que es la improbable de que yo le correspondiese, en ese caso estaría en un gran problema, porque se meterá en muchos líos por mi culpa.

Sentía los nervios invadirme cada vez que volvía a empezar una oración, sin saber dónde empezaría y cómo acabaría. No sabía si eran alucinaciones mías pero cada palabra que decía sentía que me las decía con otro sentido, teniendo miedo a que me hubiese descubierto. Era como si me estuviese diciendo que él no me convenía. - Me doy cuenta del riesgo, te creo cuando me lo dices pero… con lo que conoces de mí ya te habrás dado cuenta de que ese riesgo, sea cual sea, no le temo…

Ahora sí… primero decía que yo era el único al que consideraba su amigo (porque hablaba de mí, ¿cierto?) y ahora hablaba de lo que pasaría si su amigo (es decir… yo) se enamorase de él… Seguro que ya me ha pillado. ¿Pero es tan difícil de que se diese el caso como él pensaba?

Como yo pensaba, él no amaría, era alguien imposible, con quien se perdería el tiempo queriendo otro lazo diferente con él. Hablaba tanto sobre no corresponder y de que todo acabaría igual: sin que él estuviese con nadie; que conseguía deprimirme y desistir de hacerle cambiar de opinión.

Una sacudida de nervios aún mayor a escuchar lo último que dijo me invadió pues había descubierto mi mayor duda sin siquiera haberla formulado. - Si él te ama le dará igual los líos en los que pueda meterse… mientras esté contigo. Y sería cobarde sino te haces cargo de sus sentimientos y aún más si encima son correspondidos… Le harás más daño si no estás con él, eso seguro…

-No estés tan seguro, y además entonces se me añadirá la culpa, porque por mí estará en problemas. Pero con lo egoísta que soy, probablemente esa persona terminaría por hacerme ceder si realemente lo intentase. Soy más fácil de convencer de lo que debería, cosa de la que me he dado cuenta contigo.-pronuncié el final con un chasquido irritado.- O tal vez eres tú que insistes hasta cansarme y no hay más remedio.-concluí sin ofensa, casi más como un halago por su habilidad a la hora de liarme para hacer lo que él quería.

Sonreí alegre por su pequeña muestra de posibilidad que dejó abierta. - Tranquilo, tranquilo… Sólo yo soy capaz de liarte - le informé orgulloso de que fuese así - ¡tonto! Si yo sólo quiero que estés feliz con alguien - le dije feliz tirándome prácticamente sobre él sin ningún tipo de cuidado para darle una especie de abrazo en un fuerte achucón como el que abraza a su peluche favorito.

Me separé de él al sentir algo vibrar entre las mantas, para a los pocos segundos empezar a sonar una conocida melodía. Rebusqué entre las arrugadas sábanas con impaciencia hasta encontrar escondido mi móvil que aún seguía sonando. Miré con desgana el nombre de quien marcaba la llamada, incluso pensando un momento en si ignorarlo o no.

- ¿Diga…? - contesté finalmente en mi idioma con voz agotada, fingiendo estar recién levantad, pues no tenía ningún interés en hablar y menos con esa persona.

- ¿Qué haces durmiendo? Deberías de estar estudiando… - escupió un voz adulta al otro lado del teléfono a modo de saludo de una buena mañana. - Ahora mismo acaban de llegar tus notas con las recuperaciones y sólo aprobaste cuatro… ¿Te crees que estás de vacaciones? ¡¿Qué clase de inepto eres para sacar unas notas tan pésimas, pedazo de incompetente?! - genial, no había mejor motivación que la que un padre da a su hijo.

Alejé un poco el móvil de mi oreja para que sus gritos no me reventasen los tímpanos, poniendo cara de hastío e ignorando todo lo que pudiese decirme… Siempre era lo mismo, llamarme para pedirme explicaciones.

- Esta vez he estudiado, lo juro… - me justifiqué un poco sorprendido porque al final ha habido tres materias que no he podido recuperar, aún cuando conté con la ayuda de Kei - incluso un amigo me está dando clases particulares… - pensé en seguir explicándole para asegurarle que todo iría bien… Kei me enseñaba, yo aprendía, mi padre se beneficiaba.

- Pues ya ves de lo poco que te han servido las clases particulares de tu “amiguito” - me interrumpió con sarcasmo.

Maldición, ya empezaba con el tema y sus típicas indirectas… Siempre buscaba como hacerme rabiar con eso, aunque yo nunca llegué a decírselo, sé que él desde hace tiempo lo sabía y que sin duda le producía un gran asco y rechazo a esa idea. Su mente cerrada y tradicionalista se negaba a apoyar la homosexualidad como es común en China, donde la gente vive haciéndose al margen de ella y negando su existencia.

- Me tienes harto con tus jueguecitos… Me están costando muy caros, ¿lo sabías? Te doy la oportunidad de que puedas construirte un futuro aún a costa de mi dinero, ¡el dinero que me he ganado trabajando! Y ¿crees que voy a permitirme derrocharlo en algo tan inútil como tú? Te lo he advertido… o estudias o te vuelves aquí a trabajar a ver si conseguimos que hagas algo productivo por una vez en tu vida… Mañana mismo te quiero en casa ¿te enteras? Así que vete buscando rápido un vuelo porque te advierto que como mañana no estés aquí, te va a costar muy caro, mocoso - esto si era el colmo… ¿Estaba loco o qué le había picado? ¿Cómo iba poder presentarme allí mañana así como así? ¡Es imposible!

- ¡¿Qué?! - no dudé ni un momento en alzar la voz para dar a ver mi notable desacuerdo. Hacía ya varias semanas que me venía amenazando con volverme allí y ahora me salta con que tengo que irme ya. Entendía su postura, aquí no le era “útil”, sólo le hacía gastar el dinero en algo del que él no podrá sacar beneficio y parece que ya no se dejará engañar por más tiempo. - ¡Pero el curso aún no ha terminado! Acabamos de empezar, aún me estoy adaptando y por eso los resultados son más flojos, pero daré más rendimiento… - intenté convencerle por las buenas.

- ¡No me vengas con peros! Ni creas que pienso confiar en alguien como tú, maldito estafador… - ya estaba harto de sus seguido insultos… si tanto me odiaba que se olvidase de una maldita vez de mí, yo tampoco quiero saber nada de ellos. - ¡Me debes mucho, no lo olvides nunca! Si te digo que vengas, vienes sin rechistar y yo soy el que decide lo que hacer contigo porque soy tu tutor y tengo autoridad sobre ti - ¡y una mierda! Como si fuese su perro y le dejase hacer conmigo lo que le diese la gana, no se lo cree ni él.

- ¡Me da igual lo que tú me digas! ¡De aquí no me pienso mover por tus caprichos! No te quiero ver y no me vas a obligar a hacerlo… ¿y todo para qué? Seguro ya estás pensando en usarme de objeto de intercambio para expandir tus negocios, ¿verdad? ¡No piensas en nadie más que en ti mismo! ¡Y me dices a mí estafador! - lo siento por si Kei me estaba escuchando o entendiendo, ni importancia le daba, pero con él no podía ser por las buenas, siempre me sacaba de mis casillas intentando hacer autoridad donde no la tenía para que sus brillantes planes no se los echase a perder…

El trato quedó ahí, yo me iba a estudiar fuera, ellos no me veían ni yo tampoco, me formaba para poder ayudar en la empresa familiar, siendo su peón como en sus planes y yo ganaba alejarme mientras de ese lugar y de las personas que lo rodeaban.

- ¡¿Quién te has creído que eres?! Lo mínimo que le debes a esta familia y a mí es un poco de respeto… Dios, que dolor de cabeza eres, ojala te hubiese muerto… - escupió con coraje congelando las venas de mi cuerpo. No podía haber alguien tan inhumano como para decirle eso a su propio hijo. ¿Tan poco le importábamos? A él fue al único al que jamás llegué a importarle, sólo veía la utilidad de las personas. Cuando todo se mostraba a su favor no parecía guardar ningún tipo de rencor… tan solo cuando quería usar las palabras como un arma mortífera. Le había provocado y las palabras se habían anulado de mis labios conociendo el bombardeo de pronto llegaría.

- Ay, pequeño ingenuo… ¿Crees que no puedo hacerte la vida aún más difícil? - preguntó con su odiada voz que se había calmado, lo que me hacía pensar que ya creía la batalla ganada a su favor. - Sabes lo que hacen en China con los niños como tú, ¿verdad? - lo conocía, al igual que su dominio y su sutileza para dirigir los puñales a las heridas que más dolerían - apuesto a que tu antiguo instituto te parecerá el paraíso en comparación con el reformatorio de menores. Seguro que allí curarán esa enfermedad tuya… - que se calle, por favor, que se calle… no quería seguir escuchándole, no me apetecía ya responderle nada ni seguir hablando con él, sólo quería que me dejase en paz… - ya sabes las consecuencias - acotó rápidamente dando la llamada por finalizada, seguramente orgulloso de haber conseguido lo que quería como el perfecto manipulador que era…

Permanecí aún unos segundos escuchando el pitido del teléfono, mirando a mi alrededor sin clavar la vista en nada en concreto, reconociendo aún la figura de Kei a un lado mío. Cómo he sido tan idiota… y creer que por un momento dejé todas esas preocupaciones de lado como si ellas solas se hubiesen solucionado y desaparecido, cuando en realidad sólo las había olvidado por completo, centrándome en preocupaciones trascendentales y con sueños y esperanzas que no valían nada, sólo estuve haciendo el idiota creyendo que sería feliz… soñando como un ingenuo que mi futuro estaba aquí, con la persona que quería. Pero sólo ha sido un sueño del que ya conseguía despertar… Su amistad, su confianza, el beso, la confusión… ya no tendría que preocuparme por ello, ya no tenía cabida en ningún desquicio de mi mente, sólo la impotencia.

Alejé el móvil de mí lentamente, apretándolo fuertemente entre mis dedos, aguantando el inevitable impulso de darle propulsión hasta estrellarlo en la pared. Toda mi ira se dejó ver y resonó en un grave golpe que provocó un gran hundimiento en la pared y que el aparato se rompiese en tantos pedazos como las rotas de mis alas.

Escuché con el entrecejo fruncido y expresión concentrada, toda mi atención en descifrar con mi tan básico chino tantas palabras. El tono por sí solo daba una cierta idea del cariz de la cuestión. Eso junto a lo que Yu me tenía comentado y algunas palabras sueltas que fui capaz de entender me ayudaron a formarme una idea muy aproximada de lo que sucedía. Mi mirada se afilaba más y más según se realizaba el intercambio. Los insultos resonaban con particular claridad, probablemente de forma deliberada. Observé sin mover un músculo su ataque de impotencia mientras mi mente repasaba con cuidada rapidez cada dato de los que poseía sin pasar por alto las expresiones torturadas de Yu. Probablemente desde fuera cualquiera me pensaría insensible e indiferente al problema, pero interiormente pensaba y realizaba posibles opciones, rechazando unas y otras en busca de una satisfactoria.

Finalizado el análisis, deshice el ceño y alargué la mano para agarrar la suya, aún extendida. Con suavidad contraria a lo esperado, le sujeté la mano tirando para arrastrarlo sobre mí mientras mi otro brazo lo rodeaba a la altura de la cintura. No sentí mi usual reparo a la cercanía física, habiendo sido yo quien la propició.

Entendiendo el estado en que debía encontrarse le hice apoyar la mejilla en mi pecho, para no forzarle a mantenerme la mirada, y dije con voz clara.

-Déjame adivinar, no era una llamada de cortesía.- no esperé su respuesta, simplemente masajeando su cuero cabelludo con una pasmosa tranquilidad, no era momento de desesperarse, al menos no yo, ya que Yu sí. Permanecí así un par de minutos, esperando que se deshiciera la tensión inicial por medio del masaje e intentando transmitirle mi propia seguridad.- Está bien, no debes preocuparte. Si he entendido bien ha dicho mañana, ¿no? Seguro que hay vuelos buscándolos en internet. Ven, reservemos dos de tickets para mañana por la mañana.- y comencé a levantarme, llevándolo conmigo casi a peso.

Posiblemente, si no hubiese acabo de tener una amena charla como esta, habría esbozado una gratificante sonrisa, tanto por sus palabras de apoyo como su agradable gesto. Aunque me sentí nervioso al sentir su brazo alrededor de mi cintura intentando atraerme hacia a él, pronto me dejé llevar, escuchando las rítmicas pulsaciones de su corazón que conseguían tranquilizarme. Era de las veces que me trataba con mayor cariño y disfrutaba del masaje y de su cercanía grabándola en mis recuerdos. Intentaba no pensar en lo ocurrido ni en que mañana debería de marcharme, sólo quería regocijarme de sus mimos.

Apenas alcancé a asentir según empezaba a hablar, sin tener fuerzas ni ganas, sólo las de descansar así un rato más. Únicamente alcancé a encontrar fuerzas para alzar lentamente mi brazo para que mis dedos apenas le rocen, queriendo clavarlos para aferrarme a él y que no me separasen.

Levanté mi rostro concentrado en duda mientras prácticamente me llevaba con él hasta el escritorio. - ¿Dos…? - hablé con voz débil, casi adormilada al igual que mi mente que no se encontraba en el mejor momento como para pensar siquiera en lo que pasaba por su mente… Sólo podía deducir que el otro era para él pero no entendía para qué quería ir. - Pero Kei… ya… no importa que apruebe las que me quedaron… - le expliqué para hacerle saber que eso no serviría para persuadir a mi padre y aunque viniese para seguir ayudándome en los estudios no cambiaría nada - ya no le interesan mis notas, no me encuentra utilidad en eso… - realmente me sorprendió que dijese de venir a acompañarme y me alegró porque no era algo que cualquiera haría, eso lo tenía seguro pero no me parecía justo hacerle venir para nada, sabiendo que no conseguiría cambiar su opinión. - Seguramente tendrá otros planes para mí y por eso me quiere allí, aquí ya no sirvo… - hablaba casi en susurros porque no quería que se quebrase mi voz, pero de sólo pensar que me iría de aquí, volvía a entrar en pánico.

Negué con la cabeza sentándolo en una de las dos sillas mientras yo me sentaba en la otra frente al ordenador y abría internet.

-¿Crees que no lo sé? De todas formas no pensarás que te podría enseñar todo el trimestre durante el vuelo para demostrarle al tipo del otro lado del teléfono que puedes aprobar... Yo pensaba en otra cosa.-encontré la página de vuelos directos que buscaba y entré.- Lo que hay que hacer es símplemente convencerle de que le resulta más ventajoso tenerte aquí que allí. Así que tenemos que pensar en alguna forma. De todas formas queda todo un día de aquí a mañana-encontré un vuelo para el día siguiente en que aún quedaban asientos libres, era pronto, pero mejor llegar cuanto antes.-, y ya se nos ocurrirá algo. No te agobies.-dejaba salir mi voz con una absoluta tranquilidad, esencial para no liar las cosas. Si Yu entraba en estado de pánico sería un problema, y obviamente yo era la única vía para calmarlo. Mantenerme sereno era lo mejor que podía hacer.- Además... ¿acaso tienes algo en contra de que vaya a pasar el resto de mis vacaciones al mismo sitio que tú?-pregunté confirmando la reserva de billetes y volviéndome hacia él con una mirada inocentemente sorprendida, distendiendo un poco la tensión de la habitación.- Aquí me voy a aburrir... no me quedan libros, no me gusta cogerlos en la biblioteca, las librerías están cerradas por las vacaciones toda la semana... Va a ser un infierno.- me levanté para coger la camisa del pijama que durante la noche había desaparecido de su lugar para aparecer misteriosamente en el suelo de la habitación. Me la puse pensativo.- Veamos, ¿no se te ocurre ninguna forma de serl útil aquí?

- Era mi padre - le aclaré ya un poco más animado mientras le veía reservar los vuelos, obviamente que no me molestaba ni un poco que viniese conmigo, me quitaba un gran peso de encima saber que por irme no dejaría de verle aunque… por otra parte mi lógica me daba malos presentimientos. - Claro que me gustaría que vinieses pero… dudo que mi casa sea como la tuya - reí nerviosamente tanto por la corta distancia que acostumbraba a tener conmigo, seguro que a posta sabiendo que me incomodaba, como al imaginármelo acostumbrándose a mi casa, tanto ella en sí como los que habitaban en ella o más bien cierto asuntillo que me ponía un poco nervioso saber que lo conocería.

- Esta bien, esta bien, por mi encantado… - contesté finalmente dando ya por hecho que vendría conmigo, supongo que sería mucho mejor que ir solo, él ya se habría dado cuenta de eso y dudo que me fuese a dejar ir sin él. - Claro que se me ocurren formas, de hecho ya soy útil aquí… para que no estés solo, gracias a mí tienes la mejor compañía que podrías desear - le respondí con orgullo sin poder evitar romper un poco con mi estado anterior, no me gustaba estar así por mucho rato. Empecé a pensar en serio alguna forma. - No es sencillo encontrar una… Bien podría decirle que aquí estoy trabajando en un manga contigo y necesito tu ayuda para empezar y poder trabajar de eso pero ya puedes imaginar lo poco que eso le importa. El único trabajo que a él le conviene que esté es en el de sus empresas y ese ya lo ha dado por descartado porque ni estudiando en el mejor instituto eso resultaría bien… Así que ahora supongo que estará pensando en hacer conmigo como con… un familiar mío - corrí a corregirme sin querer aún hacer ninguna referencia sobre ella, no quería que todavía la conociese, mientras más tarde pudiese ser, mejor. - Alguna unión de esas que hacen… Ya sabes, no es lo mismo decir el presidente de la empresa Kawasaki es conocido tuya a decir que es tu yerno… Y no se me ocurre algo que pueda superar a que él amplíe sus negocios… - a no ser que encuentre algo parecido… ya que mi función estando allí sería estar cerca de la x persona con la que quiera juntar pero si esa x está aquí… entonces mi lugar estaría aquí y no allí. - Kei… ¿a qué decías que se dedicaba tu familia? - le pregunté con curiosidad dando a ver con mi noto de voz que podría haber encontrado una solución factible - para tener tanto dinero, deberéis de tener un buen cargo y status… - justo las palabras preferidas de mi padre e imagino que en cuanto le dijese lo que pasaba por mi mente se le haría la boca agua a ese avaricioso, aunque… por otra parte estaba que Kei tendría que aceptar y la verdad era algo demasiado complicado y… embarazoso - Se me ocurre… Es igual, olvídalo, es una locura y no creo que quieras hacerlo…

-¿Ah?- eso me pilló con la guardia baja.- Pues... mi padre es el dirigente de una cadena de bancos... La fundó no sé si mi abuelo o bisabuelo... En cuanto a mi... madre... -vacilé un momento al pronunciar la palabra.- es diseñadora, ¿conoces la línea de ropa Anzai? La de estilo japonés que siempre tiene algo de occidental... Pues ésa. -expliqué sin entender la razón de su interés.- Y sí, supongo que mi familia tiene bastante de eso, aunque no sé a dónde quieres llegar.

- Uhm… - pensé seriamente su respuesta, que como supuse se veía una interesante familia - no, nada… Sólo que quizás eso sí le llame la atención a mi padre, podría tener cierto interés en ti y en tu familia… - comencé a explicarle paso a paso sin querer soltárselo de golpe para no asustarle y que me de un rotundo “no” de respuesta. - Si lo que busca él es emparejarme con alguien interesante… y si ese alguien está aquí… entonces sería una estupidez volver allí si perdemos el contacto y debería de quedarme en el instituto… ¿me sigues? - mi mente cuando quería podía ser muy retorcida y manipuladora pero no había otra opción, por mí antes muerto que hacer eso y morir en el intento por un infarto al corazón. - Claro que sería fingido… - corrí a aclarar antes de que sacase ideas equivocadas - pero mejor no, sería una locura hacerlo… Además no va a colar que alguien como tú esté con alguien como yo… Nada más mírate, pareces salido de una revista y yo del laboratorio de Frankenstein con estos ojos miope y de gato amorfo, cara pan y cuerpo con complejo de Frodo… - amor ciego y una leche… yo en mi vida podría acabar con alguien como él, que no aguantaría ni más de dos segundos seguidos viéndome a la cara y menos a esta birria de cuerpo que tengo, años luz del suyo… definitivamente los guapos siempre han ido con los guapo y los feos a parte, siempre ha sido así.